«Los vaticinios más optimistas señalan que todo el 2020 está perdido por completo. Los menos sostienen que el turismo recién podría retomar la normalidad en el transcurso de dos años. Es un momento de desastre pero también de impotencia, porque sabemos que para el turismo no habrá ningún tipo de flexibilización. Hasta tanto no aparezca una solución médica seguiremos así, con la certeza de que habrá un grupo muy grande empresas que cerrará».
En diálogo con iProfesional, Aldo Elías, presidente de la Cámara Argentina de Turismo, comentó que aún si les permitiera trabajar las empresas que viven de comercializar tickets, paquetes, destinos, no tendrían un público ni tampoco expectativa de tenerlo en el corto plazo.
«¿Qué se podría vender? ¿Quién compraría? Por otro lado, si existiera ese interés ¿para qué momento se haría la compra? Son interrogantes que dejan en claro que no hay horizonte a la vista para la actividad. Sin posibilidades, las agencias y toda la actividad están en una situación terrible», expresó.
«Hoy no se puede comprar un ticket con vistas a viajar en el 2021. Por otro lado ¿quién se arriesgaría a sacar un pasaje para noviembre o diciembre? Nada garantiza que se pueda viajar. Ni se sabe qué ocurrirá en los eventuales destinos», añadió.
Elías expuso que el «crac» de la actividad sitúa en peligro de quiebra a más de 5.600 empresas dedicadas a la comercialización de alternativas turísticas. En concreto, podrían perderse alrededor de 25.000 puestos de trabajo sólo en ese rubro. «La situación del trabajo en el turismo en general está en riesgo. Hay que pensar que la actividad en total genera más de 1 millón de empleos. Es difícil determinar cuántos se perderán por el freno que ha generado la expansión del coronavirus», dijo.
Si bien el Gobierno acercó subsidios al sector para afrontar el pago de parte de los salarios, la nula recaudación que sufren las compañías empuja a los actores del sectores a buscar financiamiento urgente de los bancos. «Estamos pidiendo créditos a tasas blandas para capital de trabajo. También solicitamos diferimientos impositivos y la eliminación de ciertos impuestos mientras dure la inactividad. Por ejemplo, el que rige para los créditos y débitos bancarios. No podemos sostener erogaciones de esas características en este momento», explicó
El directivo dio por descontado que «la flexibilización de los vuelos y los viajes interprovinciales está lejos de ser una prioridad» en el mapa de actividades que el Gobierno comenzó a habilitar. Pero también reconoció que, incluso si el transporte aéreo y terrestre de larga distancia obtuviera luz verde inmediata, la demanda se mantendría plana por el temor generalizado al contagio con Covid-19.
«Sin flexibilización de los viajes no trabajarán ni las agencias ni los hoteles. Pero incluso si se permitiera volar ahora mismo ¿quién lo haría? Por un buen tiempo posterior a la cuarentena estará el temor de las personas, continuará el prejuicio. Hasta que no tengamos una vacuna será muy complicado erradicar el miedo al coronavirus. Y todo indica que para eso falta mucho», concluyó.