Las obras de teatro y los recitales fueron las primeras actividades que pararon ante el avance del coronavirus. El rubro ya venía golpeado por el incremento del precio de los pasajes y la baja en la cantidad de entradas vendidas. Ahora la situación es preocupante porque las productoras hace dos meses que no trabajan y no saben cuándo podrán volver a funcionar normalmente.
En principio se trabaja en un protocolo para que se reanuden las actividades teatrales o disertaciones en espacios cerrados para mediados de agosto o en septiembre, pero solo en el interior del país.
Es que estas propuestas permiten que las personas se sienten butaca de por medio y es más fácil respetar las medidas sanitarias para evitar la propagación del COVID-19. Los recitales tardarán un tiempo más prolongado en volver ya que se habla de que las bandas recién podrían volver el año que viene debido a sus estructuras y a la demanda de público en cada presentación.
“Es la gran incógnita de cuándo vamos a volver. En Buenos Aires ya se habla de que recién el año que viene vuelven los grandes eventos, pero en el interior y para la sala de teatro y en el interior algunos apuestan para mediados de agosto o septiembre”, sostuvo Gustavo Calderón, responsable de CDM, en diálogo con El Patagónico.
La productora comodorense tuvo que suspender el show de Pedro Aznar y reprogramar la presentación de Pilar Sordo pero no se anunciará la nueva fecha hasta tener el protocolo correspondiente y el visto bueno de las autoridades.
“Cuando sepamos cuándo va a ser el regreso veremos cómo se hace. La gente ha sido tolerante y entendieron que estamos ante una situación extraordinaria y nadie sabe cómo se va a resolver. Eso ha ayudado bastante a la comunicación. Si bien no hay una respuesta concreta y qué día y qué mes va a volver el espectáculo, todos estamos esperando novedades para ver qué sale”, explicó Calderón.
ACTIVIDAD CERO
La actividad está en cero y venía maltratada por los ajustes que llevó a cabo el Gobierno de Mauricio Macri durante cuatro años. Esto repercutió en la venta de entradas que cayó hasta un 50%.
“Uno pensaba que era una cuestión local pero después intercambiando información con productores del interior del país estábamos igual con costos altos y la caída de las entradas”, destacó.
Esto generó inconvenientes en las productoras a la hora de acceder a un crédito bancario para poder pagar los salarios. “Es muy difícil reunir la documentación que te piden porque todos tenemos una deuda con la AFIP o algún problema con cheques por esas circunstancias que se generaron estos años. Son todos los problemas que tienen las pequeñas y medianas del país. Todos reniegan porque nadie puede reunir información para pedir un préstamo y el gran problema que tenemos es poder reunir el dinero para pagar los sueldos porque estamos con ingresos cero”, cuestionó.
REPENSAR LOS COSTOS
Calderón sostuvo que el futuro demandará repensar la forma de los espectáculos en cuanto a costos y hay dos dudas sobre cómo se desarrollarán las propuestas artísticas.
“Habrá que bajar los costos de los servicios. Habrá que ver el costo de las entradas, los actores o la gente que trabaja en todos los servicios tendrán que repensar cómo encarar el negocio”, consideró.
“Tenemos dos dudas muy grandes. Una es cuánta plata habrá disponible en el público para ir a comprar una entrada o cuánta gente va a estar en condiciones. Otra es si la gente va a tener temor de ir a un evento”, concluyó.