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Con su agencia de viajes cerrada y sin ninguna posibilidad de recibir turistas ni de organizar viajes Adrián Dannemann no se quedó de brazos cruzados. Está reconvirtiendo su tradicional agencia en una empresa de desinfecciones para ayudar a combatir el coronavirus en Bariloche , donde vive y trabaja desde hace más de 30 años y también para generar ingresos para subsistir.
Tiene experiencia en intentar salir de una crisis que afecta a la comunidad: cuando Bariloche quedó tapada de cenizas por culpa de la erupción del volcán Puyehue en 2011, fue uno de los que organizó una limpieza general. Con entusiasmo y empuje, juntó 5000 personas que de manera voluntaria se organizaron para sacar el manto gris que cubrió la ciudad y espantó al turismo.
Ahora, al virus no se lo ve, pero también es necesario echarlo de la ciudad rionegrina, que tiene en el turismo una de sus principales fuentes de ingresos.
«Creo que en este momento lo mejor es luchar contra el virus. En vez de simplemente pedir subsidios y quedarnos pasivos prefiero hacer algo de manera activa y asegurarles a los turistas que cuando se levanten las restricciones y puedan venir, todas las instalaciones que ofrece la ciudad van a estar desinfectadas y seguras para ser disfrutadas», cuenta desde su casa en Bariloche, con una envidiable vista a las montañas y el lago Nahuel Huapi.
Así, junto con empleados de su agencia, el capitán de un barco para hacer excursiones y con un grupo de técnicos especializados en sanidad, formó un equipo de 25 personas y tramitó las autorizaciones municipales para operar.
Con ropa adecuada, casi un traje de astronauta, máscaras y el equipo de trabajo, una especie de mochila con un pulverizador, comenzaron a hacer desinfecciones solidarias y gratuitas en diferentes espacios de la ciudad, como centros comunitarios y merenderos. Después ofrecerán sus servicios a hoteles, restaurantes y comercios que los contraten, en estos casos, con costo .
«La desinfección la hacemos con amonio cuaternario, diluido al 1%, con fuerte poder para exterminar al virus y con poder residual de más de tres días en el lugar desinfectado , dependiendo de las condiciones ambientales», detalla.
Nuevos equipos
También busca un poco más de tecnología, por eso adquirió nuevos pulverizadores a explosión de microgotas, que no mojan las superficie, tienen gran potencia y secado rápido : «Estamos incorporando en pocos días cinco máquinas que compramos en China, que vienen en avión, que son las que están utilizando en los nuevos protocolos internacionales».
Dannemann no se lo plantea como algo pasajero, sino como una empresa de un rubro que llegó para quedarse y que convivirá con su agencia: «La empresa, que se llama Desinfecciones Generales , espero seguir manteniéndola, porque de ahora en más va a ser fundamental garantizarle a los visitantes condiciones de sanidad. Estas medidas de higiene van a ser una nueva normalidad, indispensables en la actividad. Así como vino el coronavirus, en otro momento puedo llegar otra pandemia y hay que estar preparados, además combaten otros virus, como el de la gripe», explica.
También agrega que la desinfección no es una tarea compleja, pero merece realizarse con responsabilidad para dar garantías de que el virus desapareció: «Es fundamental que los turistas sepan que en Bariloche estamos combatiendo la pandemia», concluye.
