La cuarentena obligatoria la ausencia de turistas y los hoteles, restaurantes, chocolaterías y cervecerías cerrados golpean fuerte a Bariloche, una ciudad donde el turismo representa el 50% de la actividad económica.
Si bien las medidas adoptadas para contener la pandemia llegaron con el comienzo de la temporada baja, los empresarios turísticos destacaron el fuerte impacto en los dos últimos fines de semana largos.
En el caso de Semana Santa, las reservas hoteleras que alcanzaban el 70% por la atracción que genera la Fiesta Nacional del Chocolate, terminaron por derrumbarse sin turistas ni chocolates.
«Semana Santa es una fecha importante en el calendario. Es un stop en la baja temporada para tomar aire y llegar a julio. Hoy la cuestión sanitaria está por encima de todo pero si pensamos en nuestra actividad y en la economía regional, la situación es compleja», reconoció la presidenta de la Cámara de Turismo de Bariloche, Belén García Bertone.
Los empresarios del sector coinciden en que la actividad turística será la última en reactivarse una vez que se levante la cuarentena. «Pensar en vacaciones implica tiempo y recursos», admiten.
Joaquín Escardó, asesor de la Asociación Hotelera Gastronómica de Bariloche, avizoró «un horizonte de parate global de la actividad, al menos, hasta septiembre».
«Quizás en un tiempo, la cuarentena se mantenga generalizada solo en las regiones donde hay más casos de coronavirus, como Santa Fe o Buenos Aires. Pero de ahí son nuestros pasajeros. También es probable que las vacaciones de invierno se cancelen y ahí tendremos otro impacto. También estará el miedo de la gente a moverse», opinó el economista.
Destacó que solo el sector hotelero aportó el año pasado alrededor de 5.000 millones de pesos en Bariloche. Este año, ese monto ascendería a 6.000 millones de pesos. «Eso es lo que está en juego en este momento. Con esa plata se paga sueldos, que van a los comercios, cambiás el auto. Lo más complejo de la crisis es la incertidumbre», recalcó Escardó.