Cañadón de las Ostras: el tesoro de Las Grutas

· 23 Ene 2020 ·
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A 20 kilómetros del centro, una playa nos hace viajar en el tiempo 12 millones de años, cuando el mar ocupaba espacios hoy cubiertos por la arena. Lo que tenés que saber si querés ir a pasar un día en este museo al aire libre frente al mar.

Recorrer algunas playas de Las Grutas es ingresar a una máquina del tiempo, que nos puede transportar a 12 millones de años atrás, cuando el mar ocupaba espacios que ahora están cubiertos por un delicado colchón de arena.

Uno de ellos es el Cañadón de las ostras, un sitio mágico que es casi un museo al aire libre. Porque ahí, a simple vista, como parte del frente rocoso compuesto por un material arcilloso que se desmiga al tacto, se ven miles de ostras fosilizadas. Algunas, incluso, están cristalizadas, y deslumbran con un brillo vidrioso.

Entonces, como si se accionara un botón, la mente vuela y es fácil, en medio de la calma del paisaje, imaginar un momento en el que la geografía era otra y los fenómenos naturales fueron revelando lo que el agua cubría, dándole forma a los espacios que habitamos hoy.

Las ostras son las especies que más se distinguen en esos yacimientos naturales, pero también hay caracoles, vieyras, mejillones…algunas de tamaño sorprendente, que son testigos de los cambios que fue viviendo el ecosistema marino a lo largo de siglos. Estar allí, en ese mismo espacio que evidencia como la vida fluye, parece un privilegio imposible. Pero no. Podemos descubrir esos tesoros y, momentos después, correr con los pies sepultándose en la arena ara zambullirnos en el mar.

Esta playa está a alrededor de 20 km del centro, en dirección al sur. Para llegar a ella hay que tomar un camino de ripio que, luego del balneario Piedras Coloradas, nos llevará por una sucesión de rincones bellísimos, pero carentes de servicios.

El más cercano, antes de toparnos con el imponente Cañadón, es El Sótano. Otra joya digna de visitar, porque ahí existen cuevas naturales, en las que, por décadas, los recolectores costeros de pulpos dejaban su producción, debido a que el lugar se mantenía fresco, tal como si se tratara del ‘sótano’ de una casa milenaria. Hoy, esas formaciones se visitan y son el escenario de divertidas selfies.

Volviendo al cañadón, el lugar suele recorrerse junto a las playas que están de camino, en el marco de una excursión que culmina en el Fuerte Argentino, esa meseta inmensa ubicada más al sur. La excursión se realiza en vehículos todo terreno e incluye almuerzos al aire libre. Pero los que quieren vivir en la intimidad la experiencia de volver el tiempo atrás, pueden aventurarse y equiparse con todo lo necesario para pasar el día en familia o con amigos.

Lo importante es viajar en un vehículo adecuado, y tener en cuenta algunas precauciones básicas, porque en esas playas no existe servicio de bañero ni paradores habilitados, por lo cual lo ideal es aprovisionarse sin olvidarse de nada y disponerse a disfrutar de un día inolvidable.

Los que adoren los secretos de la naturaleza, que convierte en únicas las playas agrestes que se multiplican en esta zona, también podrán disfrutar de otros datos sobre la riqueza mineral que abunda a cada paso. Por caso, recargarse de energía sobre las enormes rocas de Piedras Coloradas, que deben su color a la presencia de feldespato, un integrante de ese grupo de minerales que constituyen nada más y nada menos que un 60% de la corteza de la tierra. Tal vez por ese dato recostarse sobre ellas renueva la energía.

Como siempre, la visita a estos lugares puede complementarse con otros recorridos, e incluir otras actividades como la pesca costera, que se da muy bien en esta zona. Al regreso, en Coloradas existen paradores donde tomar un trago o disfrutar de algo rico mirando el mar. Un imperdible después del recorrido por paisajes únicos.

Datos útiles

-Para llegar al Cañadón de las Ostras hay que adentrarse hacia el sur de Las Grutas por un sendero de ripio. Lo ideal es manejarse en 4×4 o vehículos adecuados, para evitar contratiempos.

-En la zona no existen servicios. No hay guardavidas ni paradores, salvo en Piedras Coloradas, el primer balneario que se atraviesa en dirección al sur. Por eso es imprescindible aprovisionarse con lo necesario para pasar el día.

-Al visitar el Cañadón de las Ostras es imprescindible ser respetuoso del entorno natural y no llevarse nada, ni intentar quitar algunos de los fósiles que se ven en el lugar. Es un yacimiento único que debe ser resguardado.

-Al regreso, se puede comer una picada de mariscos en el parador Kapenke Yatén de Piedras Coloradas. Son abundantes y se pueden compartir entre 2 y hasta 3 personas.Tienen mejillones, cholgas, vieyras, pulpitos, rabas y langostinos. Salen $1200. El litro de cerveza está $190 y los licuados de medio litro $250.

-En ese parador también ofrecen masajes relajantes. El de una hora sale $700 y $400 el de media.

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