Faltan sólo dos meses para que, supuestamente, se inaugure la temporada de esquí en el país. Sin embargo, al día de hoy no se sabe si los centros invernales van a abrir.
Si bien hay más dudas que certezas, desde la Cámara Argentina de Centros de Esquí aseguraron que pese a no saber si se concretarán las aperturas, se están preparando para el invierno.
“La idea de abrir está. De hecho, se está armando un protocolo de funcionamiento que tendrá que estar homologado por el municipio, la provincia y la Nación”, aseguró Pablo Torres García, quien comanda la cámara que nuclea a los principales centros como La Hoya, Catedral, Chapelco, Castor, Las Leñas, Cerro Bayo y Caviahue. El protocolo, que está en plena elaboración, incluirá cómo tendrán que trabajar los comercios, la toma de temperatura a los turistas, el accionar en caso de fiebre, entre otras cuestiones. De todas maneras, tal como rige en cada actividad del país, la decisión será gubernamental y sanitaria.
Por ahora, no se conocen precios, no hay preventas, ni promociones en los principales centros. En el sector se mantienen cautos y atentos ante el avance de la cuarentena.
“Como las fronteras no se van a abrir rápidamente, creemos que en caso de apertura del centro, el turismo será plenamente nacional y local”, agregó Torres García, quien también es presidente de Cerro Bayo.
De esta manera, aquellos históricos turistas brasileños que solían visitar el país en invierno guardarán sus ganas de esquiar para más adelante, cuando las vacaciones y el turismo en general regresen a la normalidad.
“No sabemos qué va a pasar en el invierno. Se está trabajando internamente como para tener todo listo el día que se pueda abrir, sea en julio, agosto o septiembre. Vamos a estar listos para recibirlos”, sostuvo Gastón Burlón, secretario de Turismo de Bariloche. Mientras tanto, aclaró que en la ciudad se cumple la cuarentena, tal como dispuso el Gobierno, con hoteles y restaurantes cerrados, entre otros.
No es la primera vez que la Patagonia tiene que sortear momentos de dificultad. En 2016, la erupción del volcán chileno Puyehue arruinó la temporada de Villa La Angostura. En ese momento, la región fue declarada “zona de desastre”. Sin embargo, logró resucitar tras el caos.
El año pasado, los problemas volvieron luego de que se derrumbara parte de una montaña sobre la Ruta 40 en pleno julio, lo que afectó gravemente al turismo de la zona.
De todas maneras, quienes trabajan, viven y conocen las montañas del sur aseguran que el largo historial de desastres no es excusa para caer. Y si bien el coronavirus dejó en stand by la apertura de la temporada, por ahora se ilusionan con una mejora en el panorama.