En la región patagónica de la nación se halla la provincia de Chubut, un destino que se ha ganado el título de zona vitivinícola y cada vez se consolida más como ciudad enoturística.
Reconocida por su impresionante biodiversidad, que incluye la visita anual de la ballena franca austral y colonias de pingüinos de Magallanes, Chubut también tiene mucho para ofrecer en experiencias de consumo. Para la sumiller Macarena Reynoso:
“esta provincia es un lugar mágico donde la diversidad de paisajes y la riqueza de su tierra se traducen en productos excepcionales, desde vinos únicos hasta ingredientes autóctonos como el guanaco, la trucha y los frutos rojos”.
Gracias a su clima, han proliferado variedades como el pinot noir y los blancos como chardonnay, riesling, merlot y la insigne argentina malbec, cepas que se han adaptado de manera excepcional, ofreciendo vinos de gran frescura y elegancia.
En ese sentido, es posible identificar tres regiones vinícolas: la Atlántica, hogar de bodegas como Bardas al Sur y Punta Ninfa, la Meseta Central, una zona desértica donde brilla Otronia, reconocida internacionalmente y la Región Cordillerana, con bodegas como Contra Corriente y Nant y Fall, que exploran variedades como gewürztraminer y riesling, subrayó Reynoso.
Para impulsar el enoturismo en ellas, las bodegas ofrecen experiencias integrales que incluyen catas, pesca deportiva y alojamiento en medio de paisajes únicos. Al respecto, la sumiller destacó que se trata de iniciativas que “están atrayendo tanto a turistas nacionales como internacionales, interesados en vivir de cerca la autenticidad de Chubut”.
Con tal premisa ha nacido el proyecto Origen Chubut, que busca posicionar a los productores locales en mercados globales e impulsar el turismo en la región con capacitaciones, apoyo económico para que los productores integren sus proyectos al circuito turístico. “La mayoría de los proyectos son familiares, y esto les da un valor agregado porque cada experiencia se siente genuina y personal”, reconoció la sumiller.
La riqueza de Chubut no se limita al vino; su diversidad geográfica también da lugar a una oferta gastronómica extraordinaria. Desde la costa, los langostinos(chibutos), el pulpo y el cordero patagónico son los protagonistas, mientras que en las montañas se destacan la trucha, los hongos y los frutos rojos como cerezas y frambuesas. “El cordero patagónico es un producto emblemático que encuentra un maridaje perfecto con nuestros vinos tintos”, comentó Reynoso.
En la Meseta Central, el capón, una carne intensa y rica en grasa, y el guanaco, un recurso autóctono, complementan la paleta culinaria. Además, productos como el cerdo y la fruta fina están ganando terreno en la gastronomía local e internacional. Chubut está llamando la atención del mundo y no le faltan motivos.
Fuente: Excelencias Gourmet