¿Cómo serán los viajes tras la pandemia?

· 13 Abr 2020 ·
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Un concepto muy repetido en estos tiempos es que el mundo no volverá a ser el mismo después de la pandemia del Covid-19. Seguramente habrá cambios en muchas áreas. Los que serán más veloces y perceptibles se registrarán en la forma de viajar y de hacer turismo. Este sector genera cada año, en el mundo y según datos del Consejo Mundial del Viaje y el Turismo, el 10,4% de lo producido por la actividad económica. Es un segmento que sostiene, globalmente, 319 millones de empleos.

En la Argentina, según el Gobierno, aporta US$5400 millones anuales de exportaciones y moviliza $165.000 millones en consumo interno. La caída que sufre la actividad en este primer semestre barrerá con esas cifras y la recuperación que se espera será lenta y se irá dando por segmentos.

Matías Lammens, ministro de Turismo de la Nación, recuerda que el turismo era una de las industrias con mayor crecimiento a nivel global antes de la actual crisis. El turismo receptivo representaba el cuarto ítem de ingresos de divisas para la Argentina, y en febrero de este año ese ítem registró un aumento de 12% interanual. En términos de turismo interno, dice el funcionario que el último fue un verano histórico: «Hubo ocupación plena durante los fines de semana de enero en los principales destinos; fue el mejor febrero para Mar del Plata de, por lo menos, los últimos 25 años y hubo un número récord de visitantes en todo el país durante el fin de semana largo de Carnaval».

Después de eso, claro, llegaron los efectos del coronavirus y de la decisión de disponer el aislamiento social obligatorio. «En este contexto de crisis global, trabajamos fuertemente para sostener las fuentes laborales de una industria estratégica para el país, que emplea a 1,1 millones de personas. A mediano plazo, entendemos que el incentivo al turismo interno será fundamental para reactivar al sector. Y a largo plazo retomaremos la estrategia de promoción de nuestras maravillas poniendo foco en la naturaleza, en línea con las nuevas demandas globales, y en los grandes centros de emisión de turistas, como Europa, Estados Unidos, China y Brasil, tal cual habíamos empezado a hacer».

Michel Durrieu, exrepresentante de Francia ante la Organización Mundial de Turismo, y Gustavo Santos, exsecretario de Turismo de la Nación, están trabajando en un libro sobre las tendencias del sector una vez pasada la crisis por la pandemia: «¡La humanidad no dejará de viajar! No hay dudas al respecto, pero modificará sus conductas de consumos. Nada será igual; nunca antes habíamos sentido esta sensación de que no teníamos adónde ir, adónde escapar. Ahora nos pasa simultáneamente a todos, en todos los sitios del planeta.

Tomamos conciencia de la posibilidad de contagios globales y sabemos que no somos inmunes a una nueva pandemia igual o peor. El miedo paraliza y aísla, pero existe también una conciencia poderosa de libertad que nos impulsa a desafiar cualquier obstáculo para ejercerla».

¿Cuáles son los principales cambios que prevén los especialistas? En una primera etapa -durante el segundo semestre- se dará el inicio de algunos viajes domésticos; después vendrán los regionales y, más tarde, los internacionales. Las líneas aéreas, según se considera, podrían modificar aspectos de los viajes para que, por ejemplo, haya más distancia entre pasajeros cuando todavía haya prevenciones por parte de la gente.

Los alojamientos «tradicionales» (hoteles reconocidos como tales) podrían recuperar espacio en la elección de los viajeros, dado que se buscará contar con mayor seguridad, con garantías de higiene y con respuestas en casos de emergencias. Los lugares masivos serían desplazados durante un lapso importante por otros, en los que no puedan reunirse muchas personas. La actividad de los cruceros sería una de las más golpeadas en el corto plazo, igual que el turismo dirigido a la tercera edad.

Desde la Latin American Hotel & Tourism Investment Conferences (Sahic), indican que el efecto del Covid-19 no tiene precedentes en los últimos 50 años, ni siquiera con crisis como las generadas por el 11-S en 2001, la caída de Lehman Brothers en 2008, o el NH1 un año después. Todas esas situaciones provocaron un impacto importante en los viajes, pero ninguna con tanta fuerza como la de estos días. La peor caída fue del 4% global en 2008, pero luego la reacción fue rápida. Ahora se mira lo que sucede en China con la curva del negocio (no con la de los datos epidemiológicos), como base de lo que podría darse en el resto del mundo.

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