Mientras en el plano local se debate si la actual crisis económica desatada por el coronavirus tiene la magnitud de aquella ocurrida en 2001-2002, el mundo entero sufre los embates arrasadores del Covid-19. En este contexto, la industria del turismo, que emplea a 284 millones de personas y genera el 9,8% del PIB global, es considerada la más afectada por la coyuntura. Según recientes informes, se afectan un millón de puestos de trabajo por día.
Estas cifras mantienen en vilo a los operadores de viajes que bajaron a cero sus números de facturación. Las fronteras están cerradas; se cancelaron los vuelos, los cruceros y el transporte de larga distancia; los hoteles no están operativos, los restaurantes apenas trabajando con delivery (a la espera de comenzar a ofrecer take away). La misma radiografía se observa en el resto de la cadena: guías de turismo, agencias de ventas mayoristas y minoristas, congresos y convenciones, viajes de estudio, servicios y actividades que operan con el rubro, museos, casas de venta de suvenires, entre tantos otros.
¿El invierno está perdido?
Ningún empresario se anima a confesarlo en on, pero muchos aseguran en voz baja que el invierno está perdido. Los centros de esquí en la Argentina (y también en Chile) están a un paso de enfrentar la que probablemente será la peor temporada histórica. Los centros de esquí todavía resisten. Insisten en que, mientras exista una chance mínima de abrir al menos los últimos dos meses (agosto y septiembre), van a aferrarse a esa posibilidad.
La pregunta del millón es qué pasará después del invierno. La respuesta es simple: el sector tardará mucho más tiempo en asomar la nariz. “Los más positivos dicen que en 2020 está perdido y los más pesimistas aseguran que vamos a tardar entre dos y tres años en recuperarnos por completo. Estamos parados desde el 15 de marzo y la situación se tornó siniestra», explica a Ámbito el presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Aldo Elías.
Roberto Amengual, titular de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT) y presidente de la cadena Amerian, cuenta que «para recuperar la industria a niveles previos a la pandemia creo que van a pasar dos años. Es necesario que exista una solución para el Coronavirus, ya sea por una cura, una vacuna o una inmunidad por parte de la mayoría de la población. Sólo de ese modo el viajero tendrá la confianza para volver a trasladarse con lo que ello implica: un aeropuerto, espacios aglomerados, etc. Las condiciones de la salubridad ofrecida por los prestadores de servicios relacionados al turismo (transporte, hoteles, aeropuertos y atractivos turísticos entre otros) deberán ser adaptadas para trasmitir seguridad y confianza al viajero”.
Los riesgos de comprar “humo”
No hay espalda que aguante un peso como el que significa mantener una estructura empresarial (salarios, obligaciones tributarias, etc.) con ingreso cero. Según un informe realizado por Bumeran y Combo Employer Branding, el 20% de las compañías están analizando cerrar sus puertas. Y el sector de los viajes no escapa a esta regla. Como frutilla del postre, ayer la justicia autorizó a las compañías a presentarse en concurso preventivo durante la cuarentena.
Ante este escenario, y ante la urgencia de pesos (o dólares) que les permita mantener la subsistencia, muchos operadores comenzaron a ofrecer «turismo futuro». ¿Qué significa?: vender hoy un servicio que -en teoría- se podría utilizar pospandemia. Sin embargo, ante un futuro que es incierto, vale una pregunta: ¿es posible (y responsable) comercializar un bien o un servicio que no se sabe si va a estar operativo en el corto o mediano plazo?
Elías recomendó «tener cautela y esperar a tener un panorama más claro para comprar turismo». Osvaldo Sorbara, especialista en turismo, se cuestiona: ¿Cómo es posible saber si la aerolínea que el usuario está comprando va a volar cuando se restablezca la actividad? ¿Qué seguridad tiene el viajero de que el destino al que quiere ir va a permitir el ingreso de turistas? No se sabe que hoteles estarán abiertos y cuáles no. Tampoco hay certezas sobre la reprogramación de las líneas aéreas, muchas de ellas en procesos de quiebra o otras tantas con reducción de hasta el 80% de los vuelos que operaban prepandemia. Tampoco es posible saber cómo van a responder las empresas de asistencia al viajero ante posibles contagios de coronavirus».
Sorbara aseveró que «comprar hoy es muy arriesgado» y aconsejó «esperar, mantener la calma y volver a pensar en viajar cuando estén dadas todas las condiciones». «Lo barato sale caro», advirtió.
Para Miguel Livi, presidente de la compañía de taxis aéreos Royal Class, el mercado del turismo a futuro es como una apuesta. «Es una movida sobre una expectativa que tiene fundamentos de cálculos y estimaciones, pero que no tiene ninguna certeza. Es imposible saber qué va a pasar en cualquier escenario a nivel global en el mediano plazo», consideró Livi, y afirmó que «muchas de las empresas que hoy están vendiendo turismo futuro no tienen idea si van a poder subsistir pospandemia».
Los riesgos de arriesgar
La crisis golpea también a los viajeros, en términos económicos y también psicológicos. «A casi dos meses de aislamiento social, la gente necesita pensar en vacaciones. Tiene mucho tiempo ocioso en sus casas, es lógico que empiece a analizar la posibilidad de viajar más adelante. Y al toparse con ofertas muy tentadoras desde el precio, cae en la tentación y compra. El problema es que no tiene idea qué está comprando», dispara un operador mayorista.
Ante la ansiedad, lo ideal para quien decide arriesgar y embarcarse en una compra futura es «no hacer contrataciones directas con entidades privadas como hoteles, por ejemplo, que hoy están con un altísimo nivel de riesgo», señaló Livi, quien recomienda, en cambio, «comprar millas en empresas que están siendo rescatadas por los Estados, caso Alitalia, que fue recientemente estatizada por el gobierno italiano o Aerolíneas Argentinas, entre otras. Aquellas compañías que dependan del Estado van a sobrevivir. Comprar en estos casos implica correr menos riesgos», sentenció el titular de Royal Class.
Primero, el mercado doméstico
Más tarde que temprano la industria se reactivará. «El mercado local esperamos que se empiece a reactivar en los próximos 4 a 6 meses. El mercado internacional, con suerte puede empezar a arribar al país en octubre», se entusiasmó Amengual. Livi adhiere a esa teoría al señalar que «el lógico que el turismo interno se reactive primero. Hay muchas provincias y ciudades del interior del país que no tienen casos de contagio y esas van a ser la punta de lanza».
Los destinos nacionales saben que serán los primeros en recibir turistas y para ello trabajan a contra reloj para activar protocolos de seguridad e higiene y también para ofrecer promociones que ayuden a los viajeros en un contexto recesivo. Casi todos apuntan al verano 2021. «La situación económica de gran parte de la sociedad pospandemia seguramente será compleja. Las provincias que integran el mapa turístico de la Argentina tienen que tomar nota de esto y solidarizarse con la gente. Tienen que bajar las expectativas y reacomodar sus costos. Para ello es clave la articulación público-privada entre todos los actores que forman parte de la cadena del turismo. Hoy no debe primar el negocio sino la mejor ecuación costo-beneficio», analizó Gabriel Cohen, director de Confluencia Comunicación.
Joaquín Pérez Aguirre, gerente de Retail de Avantrip se suma a esta postura. «La cercanía al hogar, a los centros de salud conocidos, gozar de la cobertura de salud de una obra social que va a poder responder de inmediato y no sumar nuevos costos de vida va a incidir en la selección de destinos dentro de la Argentina. Las agencias no estamos ajenas a este proceso. Ya en febrero de 2020, el 70% de las ventas de Avantrip que apuntaba a la temporada baja era de destinos locales. La crisis económica ya había impactado desde el cepo cambiario de septiembre y junto con el impuesto PAIS el porcentajes de destinos locales iba en aumento mes a mes».
La radiografía es similar para Agustín Piotto, gerente de Márketing de Club Med. «La reactivación vendrá primero de la mano de los destinos locales para luego migrar hacia los regionales. Estamos preparando las oportunidades de viaje para cuando sea seguro trasladarse nuevamente y los gobiernos levanten las restricciones. A nivel acciones promocionales, estamos analizando ofrecer precios entre un 35% y 40% más bajos que los que teníamos prepandemia, con el fin de tener una propuesta atractiva de cara al consumidor», anuncia Piotto.
Para Marian Ventura, fundadora y CEO de done Comunicaciones, “la pandemia del Covid-19 nos demostró que la hipermovilidad humana a lo largo y ancho del planeta no era sostenible y obligó a detenerla de manera abrupta. Esta señal debería ser interpretada por los gobiernos nacionales como una oportunidad para impulsar el turismo interno, que es fundamental para el desarrollo de las economías regionales y el crecimiento sostenible de un país».
Así, atentos a esta ola que se viene, algunos jugadores nacionales elaboran estrategias para acompañar a los viajeros. La Rioja ultima los detalles para lanzar en breve una tarjeta de descuentos y promociones que se le entregará a cada turista que visite el destino para poder utilizarla en compra de productos y servicios en todo el territorio provincial. «A través de esta iniciativa estamos mostrando gestión en momentos en los cuales muchos están todavía anestesiados y sin planes a futuro. Como todos sabemos, en algún momento la cuarentena va a terminar, y tendremos que tener un plan para aquellos que visiten nuestra provincia», sostuvo José Rosa, secretario de Turismo de La Rioja.
La idea es que estén involucrados todos los prestadores de servicios relacionados con el turismo, directa o indirectamente: empresas de transporte de corta o larga distancia, hoteles, agencias de viajes, restaurantes, locales comerciales, entre otros.
Una acción similar está llevando a cabo el Ministerio de Turismo y Deportes de Salta. A través de una plataforma virtual, será posible reservar el viaje hoy y que los turistas puedan disfrutar lo que compren anticipadamente hasta abril del año que viene. El presidente de la Cámara de Turismo local, Carlos Eckhardt, contó que “se trata del resultado de un trabajo mancomunado entre lo público y privado. El sector del emprendedurismo del turismo está buscando una puerta de salida a una situación de amplia complejidad”, explicó.
Consultas sí, compras no
A la hora de analizar el movimiento del mercado de la industria de viajes, Pérez Aguirre argumentó que «marzo fue un mes de cero facturación para nosotros. Recién en las primeras 2 semanas de abril comenzó un movimiento de tráfico en la web que aún no se traduce en ventas. Solo son búsquedas por las ofertas circunstanciales que ofrecen algunas aerolíneas. Suelen ser ofertas muy puntuales y de baja disponibilidad. El call center no recibe llamado por compras y está 100% abocado a reprogramación de viajes».
Las búsquedas, según los especialistas, las realizan viajeros que están fuera de los grupos de riesgo. Gente joven con ganas o necesidades de viajar.
El abanico de ofertas que existen en los diferentes sitios online es enorme y tan tentador como peligroso. Desde paquetes dos por uno (2X1), hasta descuentos de hasta 60%. Viajar a Tailandia por unos 65 mil pesos, a Miami o Los Ángeles por menos de 40 mil, Brasil desde Buenos Aires por menos de 20 mil pesos o desde Foz por sólo 4 mil.
«Sin marcar una tendencia firme, lo que está apareciendo en nuestro sitio son vuelos entre un 30% y 55% de descuento comparado a los precios que manejábamos a principios de marzo. Cuanto más afectado se encuentre ese destino hoy más marcada puede aparecer la oferta», afirmó Pérez Aguirre, de Avantrip.
Existe otro asunto clave por resolver para retornar a los niveles de viaje que había antes de la pandemia y resucitar las ventas. Hoy, por más ofertas que surjan para tentar a los viajeros, la realidad es que aún no existe financiamiento para apoyar la decisión de compra. «El formato de 12 cuotas sin interés es clave para impulsar cualquier iniciativa. La reducción de tarifas no es suficiente para volver a los niveles anteriores», concluyó Pérez Aguirre.