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El turismo arquitectónico emerge en Rosario como uno de los puntos fuertes de la principal urbe santafesina. Una ciudad conocida por su vida nocturna, cultural e industrial, quizá no tanto por la belleza de sus edificios, reseñó Ser Argentino.
Te proponemos, entonces, una selección de solo algunos de los edificios más bonitos de Rosario, para contemplar con ojos de turista.
Palacio Fuentes
Es una de las grandes joyas de la arquitectura rosarina. Construido entre 1922 y 1927 en la esquina de Santa Fe y Sarmiento. Fue encargado por el inmigrante español Juan Fuentes al arquitecto J. B. Durand, quien logró conjugar las características de un lujoso edificio de renta con la pretensión de que la obra perdurara como un hito de la ciudad.
La ochava de la esquina tiene una imponente puerta de bronce bordeada por columnas, mientras que en las fachadas sobresalen relieves, esculturas y grandes farolas. Elevándose hacia el cielo, la torre central incorpora un reloj de cuatro cuadrantes y culmina en una veleta que representa un arado, símbolo del modo en que Fuentes forjó su fortuna. Se ubica justo frente al bar El Cairo, otro sitio emblemático de Rosario. Actualmente la planta baja y el entrepiso dan lugar a negocios y oficinas, mientras que en las plantas superiores hay departamentos. En el último piso -el sexto- se halla la vivienda que perteneciera al propietario. La azotea, que en otros tiempos ofrecía amplias vistas al río, tiene un conjunto de pérgolas del que podían gozar todos los inquilinos.
Bolsa de Comercio Rosario
Cuando se terminó de construir, en 1870, esta terminal ferroviaria era considerada una de las más importantes del país. Su arquitectura, con la distintiva Torre del Reloj, ha sido reciclada para dar lugar al Centro Municipal de Distrito Centro. La obra remite a las ciudades italianas en las cuales la torre representa un mojón a escala urbana. Dio lugar a la Estación Terminal del Ferrocarril Central Argentino y, a inicios del siglo XXI, fue integrada a una política de puesta en valor de las áreas administrativas y distritales de la ciudad.
El hall de entrada divide dos grandes alas, vinculadas por una circulación longitudinal reforzada con la presencia del lucernario o tragaluz. Como eje se destaca, como dijmos, un elemento que es parte de las postales de la ciudad: La Torre del Reloj, la cual incorpora la verticalidad en contraposición con la horizontalidad del conjunto.
Encontrarás este edificio en Córdoba 1402. Se puede visitar de marzo a diciembre, solo con turno previo para delegaciones y grupos escolares.
La Agrícola
Este centenario edificio, sede de La Agrícola Compañía de Seguros se construyó en 1907 y fue el segundo en altura de la ciudad. La fachada se destaca por su cuerpo esquinero octogonal rematado con cúpula. Se ubica en Córdoba 1399, pero no tiene visitas a sy interior con lo que solo puede ser contemplado desde el exterior.
Antigua Aduana del Puerto
Donde la bajada Sargento Cabral desemboca en Avenida Belgrano, a pasos del río se encuentra el imponente edificio diera lugar a la aduana. La obra se suma a la Fuente de las Utopías para brindar otra de las postales clásicas del paisaje arquitectónico rosarino.
La Antigua Aduana del Puerto, hoy administración municipal, es un palacio diseñado con un lenguaje arquitectónico de fuerte estilo francés. Su fachada es de cuerpos salientes flanqueados por pilastras de capitel jónico y un importante zócalo salvando los desniveles de esta zona a pasos del Paraná. Arcos rebajados coronan las ventanas del primer piso y de medio punto en el segundo. Es interesante entrar al hall central, de triple altura, que culmina en un lucernario.
Frente a él, la famosa y mencionada fuente, inaugurada a fines de 2004, luego de su traslado desde el predio Parque de la Independencia (ex Sociedad Rural). Dirección: Bajada Sargento Cabral y el río
La Bola de Nieve
Fue el edificio más alto de su tiempo. Desde la torre se proyectaba cine hacia una pantalla de la plaza. En la esquina de Córdoba y Laprida se alza este edificio diseñado por Eduardo Le Monnier en 1906. Tiene características de la arquitectura academicista mezcladas con rasgos modernistas. Perteneció a la compañía de seguros La Bola de Nieve y fue la primera construcción de seis pisos. En la planta baja funcionó la cigarrería de los hermanos Flo, quienes organizaban proyecciones desde la torre hacia una pantalla ubicada en la Plaza 25 de Mayo. Allí se congregaban personas llegadas desde los arrabales de Rosario atraídas por esa magia novedosa que entonces constituía el cine.
Uno de los vitrales más grande de Sudamérica
Esta bellísima atracción se puede encontrar en el Club Español (Rioja 1052), un edificio declarado Monumento Histórico Nacional. Todo el complejo es una parte importante del patrimonio arquitectónico rosarino. El lucernario es una gigantesca claraboya de hierro y vitreaux. Ocupa un espacio de 317 metros cuadrados y cubre la escalera central del edificio, a 25 metros de altura. Se trata de una creación de ingeniería de Pedro Introini, inaugurada junto al resto del inmueble en 1916. El diseño y la ejecución de los vitrales, que presenta motivos heráldicos, zoo y antropomorfos, estuvieron a cargo de un taller de artistas catalanes.