El ecoturismo y el turismo de aventura se posicionan entre las alternativas más eficaces para reactivar el movimiento turístico tras la pandemia de coronavirus, por ser actividades que se desarrollan en grupos reducidos y en espacios amplios, bien ventilados, seguros e higiénicos.
La Patagonia argentina, que concentra al 47% de los prestadores, es la región donde más desarrollo tienen el senderismo, cabalgatas, montañismo, pesca, avistamiento de aves y de fauna, rafting y el kayakismo, entre otras actividades.
La provincia de Buenos Aires, con 350 prestadores (14%), se ubica segunda en la lista, seguida por las regiones de Cuyo, que tiene 320 prestadores (13%), del Litoral, con 309 (12%); la provincia de Córdoba, 246 (10%), y la zona Norte, que tiene 218 (9%).
Las provincias de Río Negro, con 415 prestadores (8%), y Chubut, con 215 empresas dedicadas a este segmento, son las que más desarrollo tienen en lo que hace al turismo al aire libre y en contacto con la naturaleza.
El presidente de la Asociación Argentina de Ecoturismo y Turismo Aventura (Aaeta), Carlos Pelli, señaló que ven «junto a operadores de todo el mundo que los cambios que provocará el coronavirus en la industria de los viajes hará que la preferencia de los turistas se vuelque a los espacios en contacto con la naturaleza, al aire libre y en grupos más que reducidos».
Pelli consideró que esas exigencias «se adaptan a las características de los productos que este segmento ofrece desde hace muchos años, que están vinculados a la naturaleza, la cultura y la diversidad paisajística de todo el país».
La Organización Mundial de Turismo (OMT) destaca que «cada vez más destinos tratan de posicionarse en este segmento porque reconocen su valor ecológico, cultural y económico».
La OMT también considera valioso que «el 70% del costo de un viaje de turismo aventura queda en el destino que se visita, mientras que ese porcentaje es del 20% en el Caribe u otros centros vacacionales», y que «el gasto medio de un turista en este segmento es de 2.600 euros, en viajes con un duración promedio de ocho días».
El presidente de la Aaeta dijo que «Argentina, por su extensión y diversidad de paisajes, por la capacidad de sus prestadores y por la calidad de su sistema de rutas, está en un lugar ideal para recibir a este tipo de turistas».
«Siempre trabajamos con grupos reducidos, buscando nuevos productos para que los visitantes puedan tener experiencias sensibles ligadas a la naturaleza y al patrimonio cultural, por lo cual las condiciones de espaciamiento, seguridad e higiene que habrá que tener en cuenta tras el coronavirus no son nuevas», remarcó.
El trekking y el senderismo, con 1.144 prestadores (27%); las cabalgatas, que tienen 452 prestadores (9%), y el montañismo, con 264 (7%), son las actividades de turismo aventura más requeridas, seguidas por parapente, cicloturismo, rafting, kayak, observación de aves y fauna, canotaje, excursiones lacustres, canopy y tirolesa.
Pelli dijo que esas actividades, por el momento, cuentan con algunas recomendaciones tras el coronavirus, por ejemplo «la disposición que marca que en las expediciones deberá haber sólo una persona por carpa».
«Para nosotros es fácil adaptarnos a esa norma, y también a las que marcan la obligatoriedad del distanciamiento, pero vamos a tener que extremar las condiciones de seguridad e higiene en el transporte y en los alojamientos que no sean al aire libre», manifestó por último el presidente de la Aaeta.