Según un estudio de la Asociación de Hoteles de Turismo, el 97% de los establecimientos encuestados ya cuenta con los protocolos para operar de manera segura.
La situación de la industria turística en la Argentina es crítica. Según un relevamiento realizado en agosto por Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT) a través del aporte técnico del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), cerca del 50% de los establecimientos hoteleros está en una situación terminal: considera «probable», de mantenerse esta coyuntura, el cierre definitivo o quiebre.
Participaron del estudio 190 establecimientos: un 43% de categoría 4 estrellas, 19% son de 3 estrellas, 18% boutique y un 15% de la categoría 5 estrellas, detalló Clarín.
«La industria hotelera está atravesando la peor crisis en su historia. Estamos ante una caída del 17% del sector que significa que han dejado de operar casi 4.000 emprendimientos turísticos» señala Roberto Amengual, presidente de la AHT y agrega: «Esta dramática cifra, comparada con la caída del 10% en la crisis 2001-2002, resulta un 70% mayor. Esto ha generado que entre febrero y junio se hayan perdido 74.000 puestos de trabajo en el sector».
Alto impacto
Según la AHT, con un 92% de hoteles sin actividad significativa desde el inicio de la cuarentena, son 1.3 millones de puestos de trabajo los que están en juego.
«Necesitamos volver a trabajar, el 97% de los establecimientos relevados confirma que cuenta con los protocolos para hacerlo en forma segura», afirma Amengual.
Concretamente: en caso de una reactivación de la actividad turística, un 85% de los establecimientos encuestados manifiesta que cuenta con equipamiento adecuado para poder operar de manera segura; 95% cuenta con la infraestructura adecuada, y 97% dispone de protocolos adecuados para operar de forma segura.
«En mayo los hoteles, con actividad y facturación nula, estaban recurriendo a su caja para pagar capital de trabajo. Hoy se terminó la caja y 6 de cada 10 debieron tomar deuda para pagar gastos corrientes, que luego será muy difícil de recuperar», explica Amengual y agrega: «Nos preocupa el tipo de crédito que se está tomando, no es para inversión sino para pagar sueldos».
Los números dan cuenta de la situación. El 94% de los hoteles encuestados solicitó ayuda para el pago de salarios, 52% suspendió inversiones programadas, 47% redujo salarios del personal y tomó créditos bancarios, y un 8% de los hoteles encuestados cerró definitiva y permanentemente su establecimiento.
Por otro lado, 3 de cada 4 hoteles encuestados no ha recibido apoyo de los prestadores de servicios públicos (agua, luz, gas) en cuanto a la reducción de abonos o tarifas por consumo.
El 59% de los encuestados tampoco pudo negociar condiciones especiales con otros prestadores de servicios (telefonía, internet, TV cable, seguros, mantenimiento de instalaciones, cadenas u operadores hoteleros).
Futuro
Las expectativas no son alentadoras en caso de mantenerse el escenario actual. El 14% considera como “muy probable” las posibilidades de quiebre o cierre definitivo; mientras que 32% lo considera “algo probable”.
Amengual sostiene que «el primer desafío de corto plazo es unir el país, abrir las fronteras internas. A mediano plazo, iniciar la recomposición del turismo internacional. El resto del mundo ya lo inició, y logró reactivar el turismo receptivo entre un 20 y un 30%. En Argentina estamos en 0: no existe antecedente en el mundo de que las provincias y municipios de un país se aíslen de la manera que está sucediendo aquí. Apelamos a la responsabilidad individual del turista, después de casi 180 días de cuarentena ya todos conocemos qué debemos hacer y qué no».
Por otro lado, a medida que se extiende el aislamiento, también las estimaciones respecto de cuánto tiempo tomará la recuperación de la actividad empeoran: 7 de cada 10 hoteles encuestados no espera recuperar un ritmo normal antes de entre 12 y 24 meses. Para comparar, en mayo, por ejemplo, casi el 50% consideraba que la actividad se recuperaría antes de los 9 meses luego de la reapertura.
«Creemos que el turismo receptivo se va a recuperar recién en 2022. La caída en las expectativas hace que peligre la continuidad de muchos establecimientos. El año que viene la recuperación será muy leve, proyectamos un nivel de ocupación de entre un 15 y un 20%, cuando es necesario que esa tasa llegue al 40% para por lo menos hacer frente a los gastos operativos», concluye Amengual.