Al sudoeste de Río Negro, enmarcado por el cerro Piltriquitrón, se encuentra El Bolsón, una pintoresca ciudad en donde lo cotidiano es toparse con bosques, montañas y naturaleza por donde quiera que uno mire. Destino mágico, colmado de belleza es uno de los más lindos que tiene Argentina.
Sus bosques de lengas cuentan una historia triste pero que tuvo un final feliz: la belleza y el brillo de sus espacios verdes fueron consumidos por un fuego hambriento, con ganas de arrasar todo. En el año 1978, las llamas se apoderaron del lugar, quitando al sitio la esencia de lo que fue hermoso, ante la mirada triste de los vecinos.
Sin embargo, el Bolsón que sabe de penas, también sabe de glorias y sólo bastó una idea para que el bosque quemado, cubierto de un negro que amenazaba con quedarse y desplazar al verde, resurgiera como ave fénix: el escultor Marcelo López vio en aquellos troncos el comienzo de lo que se podría convertir en arte. Así, la iniciativa de este artista local fue contagiada a otros, quienes se pusieron manos a la obra y se dedicaron a tallar diferentes obras, devolviendo la vida al lugar. Fue en noviembre de 1998 cuando se concretó por primera vez este proyecto, que luego se repitió en varias ocasiones más.
Hacerlo no fue una tarea sencilla ya que hubo de instalarse un campamento que permitiera que los artistas contaran, además de con los materiales, con las comodidades necesarias para poder hacer un trabajo de calidad. Así, durante 8 días y entre carpas, ollas, maquinarias y caballos colaborando con el traslado, se realizaron en primera instancia 25 magnificas esculturas que le devolvieron al Cerro todo su esplendor. Hoy hay más de 30.
A cada uno de los artistas se les asignó un espacio y un tronco, con el que trabajaron durante los días de convivencia. Un matrimonio difícil, que no estuvo exento de dificultades o sacrificios, especialmente considerando que todos los días tenían que caminar hasta allí y que la materia prima con la que trabajaron no siempre se encontraba en las mejores condiciones, fruto del daño del incendio. Sin embargo, el entusiasmo y el deseo de crear fueron los motores que los mantuvieron en pie para continuar con esta ardua tarea.
Hoy ese bosque, que parecía que jamás iba a volver a lucirse, es un emblema del lugar y perderse caminando por aquí es maravillarse con los hermosos paisajes que se nos presentan, no sólo con las obras de arte sino también con los alrededores. El Lago Puelo es uno de los atractivos que se vislumbra en el horizonte, calmo, radiante y excelso. Los picos del Cerro Lindo y el Hielo Azul también se asoman para presumir su belleza.
Árboles expresivos, arte en madera. Esto es lo que esconde el Bosque Tallado en El Bolsón, una maravilla única en Argentina.
El Bosque en Zoom
-El Cerro Piltriquitrón en tehuelche significa “colgado de las nubes”: no nos sorprende ya que este sitio está muy cerca del paraíso.
-1998 fue el año disparador para que luego se realicen más encuentros. Ellos fueron en los años 1999, 2003, 2007 y 2010.
-Cómo llegar: el acceso no es difícil. El Bosque se encuentra a 13 kilómetros de la zona céntrica. Hay que tomar la ruta 40 (que abarca un tramo de aproximadamente 2 kilómetros) y luego seguir un camino serpenteante, que es más o menos de 11 kilómetros. Se llega a la plataforma del cerro, en donde se puede estacionar el vehículo y luego hay que prepararse para caminar durante 40 minutos.
– Se recomienda llevar calzado cómodo y agua.
Las imágenes fueron extraidas del sitio Flickr y pertenece a ChagHi