San Carlos de Bariloche se consagró como uno de los destinos de vacaciones y escapadas favoritos de los argentinos. Según datos oficiales, en enero recibió unos 115.000 turistas y durante la primera semana de febrero tuvo más de 40.000 solicitudes de permisos de ingreso. Un fenómeno que se espera se repita para el fin de semana largo por los feriados de Semana Santa, del jueves 1 al domingo 4 de abril inclusive.
Sus espectaculares paisajes y la gran cantidad de propuestas y actividades para hacer al aire libre la convirtieron en uno de los lugares más elegidos para las vacaciones y también para organizar una escapada, modalidad de miniturismo que se instaló en estos tiempos de pandemia.
Porque cuando la nieve se derrite, los lagos ganan protagonismo en la perla patagónica. Con días que superan los 30º de temperatura y aguas tan calmas como transparentes, las playas de Bariloche se colman de turistas y locales en busca de relajarse al sol o practicar deportes náuticos y actividades lacustres en kayaks, canoas y tablas de SUP.
Desde algunas más íntimas y exclusivas por su difícil acceso hasta otras más populares y concurridas, Clase Ejecutiva propone esta guía con playas, lagos y otros rincones imperdibles, casi secretos, para aprovechar antes de que llegue el frío.
Es una solitaria playa sobre el lago Gutiérrez a la que no es tan fácil llegar porque hay que caminar casi 4 horas (ida y vuelta), pero vale la pena por la tranquilidad y el paisaje. El sendero es el mismo que conduce a la Cascada de los Duendes, al Mirador del Lago Gutiérrez y al Refugio Emilio Frey. La dificultad es baja y la distancia a cubrir es de 5 kilómetros.
Se encuentra en el kilómetro 29 del Circuito Chico, pasando el Hotel Llao Llao. Es una playa rodeada de bosque, con aguas tranquilas y frías. Desde allí se pueden conocer pequeñas bahías, como el Lago Escondido y Bahía de los Troncos.
Desde Bariloche son 55 kilómetros por la Ruta 40 en dirección a El Bolsón. Después de pasar el ingreso a la Cascada Los Alerces, en una entrada a mano derecha comienza el camino de ripio rumbo al Steffen.
Un ramal de 3 kilómetros llega hasta un mirador panorámico del espejo lacustre, parada obligada antes de continuar hasta el Lago Martín. El otro camino, de 10 kilómetros y bastante más empinado, conduce al camping a orillas del Steffe. Cuesta llegar, pero el camino es bellísimo y sus aguas cristalinas son de las más cálidas de la zona.
Es una de las playitas más cool del Lago Moreno. Para llegar hay que doblar a la altura del kilómetro 14 de la Avenida Bustillo. Es una de las más elegidas para la práctica de kitesurf.
Este lago de origen glaciar, ubicado a 35 kilómetros del centro de Bariloche por la Ruta 40 sur, está en las cercanías de Villa Mascardi. Es una buena opción para pasar el día, acampar en sus orillas o probar suerte con la pesca.
De un color azul profundo, tiene 557 kilómetros cuadrados y 7 ramificaciones o brazos: Campanario, De la Tristeza, Blest, Machete, Del Rincón, Última Esperanza y Huemul. Su intenso color, sus islas y el paisaje que lo rodea lo convierten en uno de los lugares más atractivos la Patagonia. A lo largo de su costa se pueden encontrar playas de diferente -a veces incluso opuesta- topografía, como Melipal, Bonita, Centenario y Serena.
Desde Emprotur señalan que los números de ocupación de la temporada son superiores a las expectativas iniciales. Y aunque están lejos de los mejores años, son un aliciente para uno de los sectores más castigados por la pandemia.
El secretario de Turismo municipal de Bariloche, Gastón Burlon, destacó que enero cerró con un 60% de ocupación. «Es una buena cifra. Se nota en la ruta, en las calles y en las playas. Este verano superó las proyecciones, porque pensábamos que la ocupación llegaría al 50%».
Según el Ministerio de Turismo y Deporte de la Nación, que publicó un ranking de los 20 lugares más visitados durante el primer mes de 2021, Bariloche está en el cuarto lugar de la lista general del país y, al mismo tiempo, es el destino número uno de la Patagonia.