En el Valle de Calamuchita y bajo la mirada del Cerro Áspero se encuentra un pequeño pueblo abandonado donde en la primera mitad del siglo veinte se explotaban minas de tungsteno.
La deteriorada infraestructura aún conserva el espíritu, huella y testimonio de más de 400 trabajadores que desarrollaron su labor en 1960.
Dos caminos para llegar a Pueblo Escondido
Ubicado al límite con la provincia de San Luis, se puede acceder al pueblo por dos caminos, uno desde la localidad de La Cruz en el Valle de Calamuchita, a unos 60 km en dirección suroeste, esta opción es muy elegida por quienes deciden realizar la travesía en motos enduro, cuatriciclos o camionetas 4×4.
Por otro lado, desde la localidad puntana de Merlo por ruta pavimentada de 20 km hasta llegar al Filo Serrano y luego camino de ripio de 5 km, donde un colosal mojón construido de mano derecha nos indica la llegada al Puesto El Tono, donde hay que pagar para atravesar su propiedad y así llegar al pueblo.
Esta segunda alternativa permite realizar una caminata increíble al pie del Cerro Áspero. El paisaje cambia su fisonomía a medida que avanza el sendero, el monte serrano cede su característica vegetación y le deja lugar a los pastizales y a unos pocos pinares que cubren pequeños sectores de esa inmensa soledad.
Más adelante, luego de transitar 30 minutos de caminata, la vía se divide, hacia la izquierda continúa la senda a Pueblo Escondido, mientras que hacia la derecha se encuentra el camino de 1km al Salto del Tigre. Este último se trata de un imponente salto de agua de 22 metros de altura que desciende hasta una hoya de 30 metros de largo y más de 10 metros de profundidad.
Al llegar se puede observar la sorprendente cascada desde arriba, un sendero bien marcado permite descender hasta la hoya para disfrutar del bellísimo paisaje. Allí la naturaleza despliega sus colores, sonidos y aromas en su más pura expresión, invitando a descansar y refrescarse con las aguas cristalinas para luego continuar con el recorrido.
A 2000 msnm se puede apreciar una magnifica vista de las Sierras Comechingones, produciendo la inmensidad una sensación de pequeñez ante tanta belleza. Continuando el camino hacia el pueblo, el sendero se va dificultando a medida que se aproxima el yacimiento, algunas piedras flojas y terreno agreste nos anticipan esta proximidad. Luego comienzan aparecer las primeras vistas del tan ansiado Pueblo Escondido, las palabras resultan insuficientes para describir tan hermosa vista.