Los cetáceos son probablemente los mamíferos marinos más populares de todo el mundo. En las zonas marítimas de Argentina, especialmente en aquellas más cercanas a la Patagonia, estos animales pueden ser observados prácticamente durante todo el año.
Sin embargo, su frecuencia aumenta considerablemente entre los meses de junio a diciembre, cuando ocurre la temporada de alumbramientos, entonces las madres de especies como la Ballena Franca Austral (Eubalaena australis) se dejan ver con sus crías cerca de la costa.
Ya sea debido al interés como ejemplares para estudios científicos o por la simpatía que despiertan en los seres humanos, la presencia de cetáceos dentro un área determinada suele convertirlos en «especies paraguas». Es decir, el cuidado de estos vertebrados involucra también el resguardo de todo el entorno en donde ellos habitan, beneficiando así a otras variedades de organismos.
Adicionalmente, la conservación de los cetáceos origina un valor añadido importante: el llamado turismo ecológico o ecoturismo. Se trata de una actividad económica clave para garantizar la sustentabilidad de las comunidades adyacentes a ecosistemas sensibles. Cabe recordar que inmiscuir a los pobladores locales suele ser clave para la factibilidad de proyectos científicos en pro de la naturaleza.
Papel del ecoturismo como activador de la economía argentina
Temas como el calentamiento global, el desarrollo socioeconómico sostenible de poblaciones humanas vulnerables y la situación de las especies de plantas y animales en peligro de extinción, son tendencia en el mundo digital actual. Por esta razón, renglones laborales como el ecoturismo han cobrado cada vez más relevancia dentro de los canales de comunicación tradicionales, así como en las redes sociales.
Tal ha sido el alcance actual de estas tendencias que los turistas en la Argentina no solo buscan a Strawberry tours (una de las empresas más prestigiosas en servicios de tours por la ciudad) para hacer cómoda su visita a la popular Buenos Aires y acceder a la excelente vida cosmopolita que esta capital ofrece, sino que también se han interesado en el ecoturismo a lo largo del territorio nacional. Sí, ya no solo se va a la Argentina a conocer sus construcciones, cultura e historias, sino también para apreciar y aprender de su basta y rica naturaleza.
El ecoturismo bien llevado garantiza el bienestar de todas las personas relacionadas. Incluye un amplio espectro de categorías de oficios, tales como: hospedaje, restaurantes, transporte, guías turísticos, guardaparques, publicidad, entre otros. Igualmente, induce al mantenimiento de la biodiversidad y al monitoreo de la salud de los ecosistemas en donde es aplicado.
Los beneficios indirectos del ecoturismo son múltiples; por ejemplo, deriva en el establecimiento de tiendas que ofrecen equipamiento para explorar entornos silvestres, acampar y/o navegar. En consecuencia, el turismo ecológico favorece a iniciativas de emprendimiento y a las PYMES, contribuyendo a la diversificación de la economía.
Muchas agencias especializadas en recorridos turísticos se esfuerzan en ofrecer un servicio de la más alta calidad para complacer a sus clientes. En Argentina, a través de estas empresas, los turistas pueden planificar su travesía de contacto directo con la naturaleza. Gracias a las opciones disponibles en internet, cualquier persona puede seleccionar la mejor opción adaptada a sus gustos, tiempo disponible y presupuesto.
No importa si es un visitante extranjero o un habitante nacional, porque incluso desde la capital, Buenos Aires, existen buenas alternativas para llegar hasta los lugares de avistamiento de cetáceos. Por esta razón, el ecoturismo es considerado una actividad que ayuda a impulsar la competencia sana, beneficiosa para el comercio de pueblos, provincias y países enteros.
La importancia del desarrollo sustentable
Por otra parte, el turismo ecológico permite a los habitantes locales migrar desde sus oficios menos amigables con el medio ambiente (como la pesca o la minería submarina, por ejemplo) hacia empleos mucho más sostenibles de bajo impacto como los circuitos de avistamientos de ballenas.
Igualmente, los tours para la observación de cetáceos contribuyen con la ejecución de campañas de concientización de gran atractivo audiovisual y mediático. En consecuencia, si las fotografías y el manejo del social media de las agencias ligadas a esta actividad son de buena calidad, despiertan bastante curiosidad en la población general sobre el estatus de conservación estos mamíferos marinos y de la protección de los entornos naturales.
Al mismo tiempo, la difusión de las acciones realizadas en pro de la naturaleza sirve para atraer a más turistas y científicos que dinamizan la economía de los asentamientos, pueblos y ciudades más cercanas a las zonas de observación. Por ello se considera al turismo de cetáceos como un sector con mucho potencial y amplio margen de crecimiento.
Lugares más recomendados para el avistamiento de cetáceos en Argentina
La locación más conocida en Argentina para admirar a las ballenas E. australis es la Península Valdés. Entre junio y diciembre las hembras adultas eligen esta zona para dar a luz a sus crías, amamantarlas y enseñarles a nadar. Los cetáceos incluso pueden apreciarse desde la costa en cualquiera de las dos playas más grandes de allí, El Doradillo y Las Canteras.
Ambas playas son fácilmente accesibles desde excursiones que parten desde Puerto Madryn, el pueblo más cercano. En la Península Valdés también existen miradores que ofrecen una panorámica espectacular de las ballenas madres con sus ballenatos, las cuales, muchas veces se encuentran a escasos metros de la orilla.
Asimismo, desde Puerto Pirámides los turistas pueden embarcarse en botes que se acercan a estos cetáceos. No obstante, se mantienen a una distancia prudencial para no perturbarlos y porque los animales suelen ser bastante desconfiados. Tanto Puerto Madryn como Puerto Pirámides cuentan con una buena infraestructura turística, con buenos hoteles y servicios básicos.
En complemento, las carreteras para llegar se encuentran en buen estado; recorrerlas al alba o al atardecer puede resultar muy emocionante por la cercanía de las vías al mar. Usualmente la luz natural disponible es excelente para los fotógrafos, una verdadera delicia para los fanáticos de las postales.
Especies de cetáceos más observadas en aguas argentinas
Aparte de la Península Valdés, toda la región del norte de la Patagonia es una ruta importante de migración para muchas especies de Misticetos o ballenas con barbas. Entre esas variedades se pueden mencionar a las ballenas Azul (Balaenoptera musculus), Pigmea Azul (sub especie), de Minke (B. physalus), Sei (B. borealis), el Rocual de Aleta (B. acutorostrata), Jorobada (Megaptera novaengliae) y, por supuesto, la mencionada Franca Austral.
Adicionalmente, los mares argentinos cuentan con la presencia de hermosas especies de Odontocetos (cetáceos con dientes). Entre las cuales se encuentran algunas de gran tamaño como el Cachalote (Physeter macrocephalus) o las fantásticas Orcas (Orcinus orca). Así como los delfines nariz de botella (Tursiups truncatus), oscuro (Lagenorhynchus obscurus), franciscana (Pontoporia Blainvillei) y la tonina overa (Cephalorhynchus commersonii), entre otros, informó Latitudes.