Las autoridades de Chipre reabrieron las fronteras del país a turistas procedentes de 13 países, que podrán viajar a la isla sin tener que someterse a un periodo de cuarentena una vez den negativos de coronavirus a su llegada.
La obligatoriedad de someterse a una prueba de COVID-19 al llegar a Chipre se mantendrá hasta el próximo 20 de junio, según informaciones de la cadena TV RIK.
Esta medida se aplica a aquellos turistas que vengan de Alemania, Austria, Malta, Grecia, Israel, Bulgaria, Finlandia, Eslovaquia, Eslovenia, Lituania, Noruega, Dinamarca y Hungría.
A partir del 20 de junio, a esta lista se sumarán República Checa, Suiza, Polonia, Rumanía y Croacia.
No obstante, Rusia y Reino Unido, principal fuente de turistas que viajan a la isla, siguen en la ‘lista negra’ debido al alto número de infectados detectados en sus territorios.
Promesas en busca de turistas
El Gobierno ya informó a finales de mayo de que se hará cargo de todos los gastos que puedan devenir de posibles contagios de coronavirus entre los turistas que lleguen a la isla durante la temporada de verano.
Las autoridades chipriotas, en un intento por reactivar la economía y el turismo en plena pandemia, han asegurado que cubrirán los gastos de alimentación, alojamiento y medicación que puedan tener aquellos pacientes y familiares que presenten casos de COVID-19 una vez viajen a la isla.
Los pacientes únicamente tendrán que pagar el taxi de vuelta al aeropuerto y los pasajes de vuelta a casa, según ha indicado el Gobierno en un comunicado al que ha tenido acceso el diario ‘Cyprus Mail’.
Para ello, las autoridades sanitarias de Chipre han dispuesto un centenar de camas exclusivamente para los turistas que den positivo. Además, se han dispuesto 500 habitaciones de hotel en las que podrán hospedarse los familiares y personas que hayan estado en contacto con los infectados.
La pandemia de coronavirus ha dejado por el momento 17 fallecidos y 939 casos confirmados en Chipre.