Tal como se venía anunciando de manera extraoficial, el presidente de la Argentina, Alberto Fernández, finalmente anunció este miércoles 7 de abril un paquete de medidas restrictivas para intentar contener la circulación del COVID-19, afectando lo menos posible la dañada economía del país. Los hizo en un mensaje grabado desde su aislamiento por COVID positivo en la Quinta Presidencial de Olivos.
Un rato antes, el Ministerio de Salud confirmó que en las últimas 24 horas se habían registrado 22.039 nuevos casos positivos, batiendo el récord registrado el día anterior (20.870), con un porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva del 64,5% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la zona con mayor impacto de la pandemia.
Pese a esa compleja situación, se esperaban medidas fuertes pero no extremas, y así sucedió. Argentino no irá por el momento a una cuarentena estricta (Fase 1), sino que implementará restricciones sectorizadas para limitar la circulación de personas y, sobre todo, evitar las aglomeraciones.
La principal de esas medidas es la prohibición de circulación de personas no esenciales entre las 00.00 y las 6.00 horas, acompañada por la inhabilitación de las reuniones sociales en espacios cerrados. Para garantizar esto, los bares y locales gastronómicos deberán cerrar sus puertas a las 23.00; las reuniones en espacios abiertos no podrán superar las 20 personas; y se cierran casinos, bingos, discotecas y todos los salones de eventos.
Al mismo tiempo, se suspenden las prácticas deportivas recreativas en espacios cerrados cuando en las que participen más de 10 personas; y, además, en el AMBA sólo podrán usar el transporte público los trabajadores esenciales.
Por el momento, el Gobierno no frenará el turismo interno: se mantiene el tránsito interjurisdiccional doméstico, pero se faculta a los gobernadores de las provincias consideradas de “mediano riesgo” a tomar mayores medidas restrictivas.
No se mencionó por ahora que se vayan a prohibir las salidas del país con fines turísticos, pero extraoficialmente comenzó a circular la versión de que podrían limitarse en el decreto que firmará el mandatario. Por lo tanto, sólo quedarían habilitados los extranjeros en proceso de repatriación, personal esencial, diplomáticos y pasajeros por “fuerza mayor”.
Una restricción más que anunciada fue la de los viajes de egresados. Desde hace semanas los medios de comunicación nacionales vienen preparando el terreno para esta decisión, dando a conocer cada caso de grupos estudiantiles que regresan masivamente contagiados. Argumentan que el descontrol que se vive en esas experiencias imposibilitan el cumplimiento de los protocolos, y a eso se suma la “picardía” de muchos jóvenes que buscan eludir controles y aislamientos (fue muy resonante el caso del hijo del exjugador y actual vicepresidente de Boca Juniors, Juan Román Riquelme, que volvió contagiado de Cancún y al día siguiente violó su cuarentena para ver el partido de su club en el estadio, que debía jugarse sin público; por ese hecho, Riquelme fue citado a declarar en la Justicia). En realidad, se suspenden todos los viajes grupales, incluyendo a los estudiantiles de todo tipo.
Pero apenas conocida la prohibición, la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (Faevyt) emitió un comunicado en el que, si bien admite la medida, también asegura que los viajes de egresados no son causantes de contagios masivos, dado el “porcentaje bajo de contagiados en relación con la cantidad de chicos que viajaron y sin reportes de utilización de camas de internación en los destinos”.
Como consecuencia, las agencias confirmaron que esos viajes serán reprogramados con fechas a partir de agosto, buscando “priorizar la salud tanto de los estudiantes como la de los habitantes de los destinos visitados, hasta que se recuperen las condiciones para continuar cumpliendo con los viajes pautados”.
Todas las medias anunciadas por el presidente Fernández entrarán en vigencia a las 00.00 horas de este viernes 9 de abril, y se extenderán hasta el 30 de abril.