«Si se mantiene esta situación vamos a tener uno de los mejores años de reproducción de pingüinos», dijo el ministro de Turismo de Chubut. Se refirió a la presencia cercana de alimentos en el mar.
«Si se mantiene esta situación vamos a tener uno de los mejores años de reproducción de pingüinos», le dijo a Clarín Néstor García, ministro de Turismo de Chubut. Se refería a la presencia cercana de alimentos en el mar, en la reserva natural de Punta Tombo. El nacimiento de los pichones producido en los últimos días le agregó una cuota más de interés y hasta de emoción a los visitantes de la reserva continental del pingüino de Magallanes más importante del continente.
Los numerosos turistas que estuvieron durante los últimos días pudieron presenciar a pocos metros de distancia como los pichones salían de sus huevos y se protegían bajo las alas de sus madres en el primer ejercicio de sus vidas. Este privilegio de la naturaleza le aportó un atractivo más a las visitas a la colonia donde ya están instaladas alrededor de 150 mil parejas y se esperan otro tanto de aquí a fin de diciembre. Estará completa en febrero con la llegada de los juveniles (los que nacieron en la temporada anterior) lo que posibilitará llegar al millón de ejemplares.
Según García, a esta altura de la temporada que comenzó a mediados de septiembre la llegada de visitantes se incrementó en «en casi un 30 por ciento en relación al mismo período del año pasado». El turista que llega también encuentra además, la atracción por excelencia del turismo chubutense: la ballena Franca Austral que comienza a retirarse de Península Valdés a mediados de diciembre.
La presencia de alimento muy cerca (en general, el preferido del pingüino es la anchoíta) hace posible que los pichones sean mejor alimentados. Al igual que las madres. Los machos deben hacer poco recorrido y pueden llegar más veces al nido con alimentos.
El pingüino de Magallanes llega a la colonia para reproducirse y cambiar el plumaje. Permanece desde setiembre hasta mediados de marzo en que emigra hacia el sur de Brasil: recorre 8.000 kilómetros mar adentro. Los nacimientos se producen en esta época. La hembra pone dos huevos. Y el promedio es que sólo uno de los pichones sobrevive. Eso se debe a la falta de alimentos o a la acción de los predadores.
«Esta temporada notamos más alimentación y más cercana. Es un factor fundamental para que los pichones puedan sobrevivir», expresó García. Los turistas miran asombrados los nacimientos.
Las instalaciones de la colonia han sido renovadas con más metros de pasarelas y dos puentes nuevos. De todas maneras, el asombro de los visitantes es grande cuando ven a los pingüinos con su andar chaplinezco casi entre sus piernas.
El animal no los molestará siempre y cuando no se acerquen demasiado a los nidos. Y mucho menos, si no molestan a las crías recién nacidas que a esta altura de la temporada le agregan a la colonia un especial espectáculo natural.