Recientemente se publicó un informe donde se ofrece una evaluación provisional de la situación de 104.000 museos ante la COVID-19, basada en los datos facilitados por 87 Estados Miembros en respuesta a una encuesta en línea llevada a cabo el pasado mes de marzo.
En 2020, los museos permanecieron cerrados una media de 155 días, y desde principios de 2021, muchos de ellos han tenido que volver a cerrar sus puertas, lo que ha provocado, en promedio, un descenso del 70% en la asistencia y una disminución de entre el 40 y el 60% en los ingresos en comparación con 2019.
El informe describe las medidas adoptadas por los museos, entre las que se encuentran las campañas de sensibilización y el refuerzo de los protocolos de seguridad. Constata una importante reducción de la financiación pública, que en algunos casos llega al 40%, y que afecta a casi la mitad de los museos de los Estados que respondieron a la encuesta.
Esto es alarmante, ya que los cierres prolongados y la fuerte caída de la asistencia y los ingresos que conllevan repercuten en el sector museístico en su conjunto, dificultando el mantenimiento de los esfuerzos para conservar las colecciones, garantizar su seguridad y fomentar las relaciones con el público y las comunidades locales Los autores del informe señalan además las funciones económicas y sociales esenciales de los museos y su posible contribución a la recuperación tras la COVID.
El informe incluye recomendaciones, entre las que destacan la de aplicar una política de digitalización a gran escala para inventariar las colecciones, así como la toma de medidas de apoyo a la educación, la formación y la investigación.
En su calidad de organismo especializado de las Naciones Unidas para la cultura, la UNESCO se compromete a acompañar a los Estados miembros y a las instituciones museísticas en esta transformación. Proporcionará un marco de referencia al tiempo que promoverá la cooperación internacional.