El 25 de marzo de 2020 la Organización Mundial de Turismo (OMT) hizo un llamamiento internacional a innovadores y emprendedores para acelerar la recuperación del turismo, mostrando explícitamente que se desconocen los alcances y perjuicios que causará la crisis generada por el Coronavirus en el turismo a nivel mundial.
El reto aspira «a encontrar ideas que puedan tener un efecto inmediato, para los destinos, para las empresas y para los esfuerzos de salud pública» y es tan urgente que la OMT advirtió: «Estas ideas deben haber pasado ya la fase de pruebas y estar listas para escalarse, con un plan de negocio ya formulado y potencial para ponerse en práctica en varios países».
Previamente, en la última reunión internacional virtual de esa entidad, se determinó que no existe ninguna certidumbre sobre cuánto durará esta crisis o cuál será el impacto económico y estructural final en el turismo, todos los participantes se mostraron unidos en su profunda preocupación por los millones de puestos de trabajo que podrían perderse.
Dado que a escala mundial el 80% del sector está formado por pequeñas y medianas empresas, el impacto social de la crisis irá mucho más allá del turismo y se convierte en una preocupación clave para la comunidad internacional. Por cierto, en Argentina la situación no dista mucho de la mundial en cuanto a la presencia de la pandemia.
Por ello, el Gobierno Nacional tomó medidas drásticas que tienen como objetivo preservar la salud de sus habitantes, declarando la cuarentena obligatoria y limitando estrictamente los movimientos a través de las fronteras y el transporte de larga y media distancia a lo largo del territorio nacional, esto pg. 4 produjo que el incremento de casos positivos hacia fines de marzo haya sido menor al que se preveía, por eso, el Ministro de Salud de la Nación, Ginés González García adelantó que «la estimación del pico (de la pandemia) se corre para más adelante porque vemos que hay menos casos. El pico se corrió hacia mayo».
Esto muestra una hipótesis que durante abril continuará el crecimiento de casos, estipulándose una visión de decrecimiento hacia fines de mayo, sin que esto signifique una «normalización» en el ámbito turístico. Junio de 2020 será un mes importante para conocer a ciencia cierta si ese proceso podría llegar a producirse.
DIVERSIDAD DE ACCIONES
Ahora bien, esta es la visión que se puede tener desde Argentina, sin embargo los factores externos podrían incrementar ese amesetamiento de la actividad. La creciente curva de infectados en Italia, España, Brasil y Estados Unidos, por ejemplo, muestra (haciendo hipótesis) que el proceso de normalización será mucho más lento que en nuestro país. En este mismo parámetro se debe establecer la diversidad de acciones que se realizan en otros países que agilizarán o ralentizarán la normalización del ámbito turístico, por lo que hablar de una fecha o mes concreto para esa normalidad es muy prematuro.
Dependemos de nosotros y del resto del mundo. Dependemos de los países a los cuales apuntamos a trabajar en forma inmediata y de aquellos estratégicos, todos con decisiones distintas para luchar contra la pandemia. Aquí es donde también se analizan las experiencias pasadas en el mundo.
El turismo tiene una fortaleza estructural cimentada en que los viajes son parte del estilo de vida de las sociedades actuales, por lo que, al desaparecer las eventuales amenazas a las personas, tiene la capacidad de resurgir con rapidez. La decisión que tomen ahora mismo los empresarios y management será también un punto de inflexión en ese movimiento hacia la normalidad.
Están quienes observan detalladamente y con gran preocupación los riesgos de la situación, para quienes el estado de alarma es excesivo y genera demasiado pánico, son quienes optan por retrasar cualquier toma de decisiones sobre su negocio, con cierta lógica puesto que el contexto cambia cada día y casi cada hora; y, por otro lado, aparecen quienes ya se sentaron para formularse las preguntas clave con el fin de trazar un plan de acción lo más rápido posible hacia el futuro, por más que no tengan un horizonte definido.
SEGURIDAD SANITARIA
En este contexto, tratando de entender lo que harán los turistas y los empresarios, Francesc Colomer, Secretario de Turismo de Valencia reflexiona que después de toda esta situación sanitaria, la gente al inspirar su viaje tendrá en consideración muchos factores referentes a la seguridad, ya sea sanitaria, alimentaria o pública, por lo que es uno de los elementos más importantes, un destino turístico se debe fortalecer para mantenerse bien posicionado en el imaginario global.
Y finalmente, coincidiendo con esa apreciación, los destinos habrán de tener una estrategia multifocal de marketing y posicionamiento en los mercados, cuidar la retaguardia convencional con los mercados emergentes y buscar siempre oportunidades. Lo que parece claro es que, en la ‘era post coronavirus’, el mundo habrá cambiado y el sector turístico será otro, algo que también podría generar oportunidades. Y allí es hacia donde todos también debemos mirar: El día después, señaló El Chubut.