Diego Armando Maradona, cuya muerte conmocionó al mundo ayer, tuvo también en la pesca deportiva otra de sus grandes pasiones, motivado por su padre, quien de chico le inculcó los valores y secretos de la caña y el carrete.
El Pelusa pronto mostró sus atributos para tirar línea y desenredar el carrete con tan depurada habilidad que, en cada pique, llegó a gozar de una cosecha envidiable, particularmente del dorado, el emblemático pez migratorio que habita en todo Sudamérica, la región de su natal Argentina.
Imágenes que quedaron para la historia muestran a plenitud la vida de pescador deportivo.
Desde que era un jovencito, don Diego padre, nacido en Esquina, Corrientes, le transmitió a su hijo la pasión por la pesca.
Así fue como El 10 disfrutó durante mucho tiempo de sus salidas al Paraná en busca de los preciados dorados.
El Pibe de Oro, al igual que actores, deportistas, políticos y cantantes, se dejó ‘seducir’ por el mundo de los peces, provisto de sus mejores aparejos y afecto a tomar una relajante aventura con el pique de la caña.