El Viejo Expreso Patagónico, conocido como La Trochita, uno de los principales atractivos de la zona cordillerana de Chubut, contará con más infraestructura y nuevos servicios de accesibilidad para atraer al turismo cuando se autorice la vuelta de la actividad, informó hoy la Secretaría de Turismo de Esquel.
La puesta en valor de La Trochita estará a cargo de ese organismo y de la Unidad Ejecutora Provincial del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio chubutense (UEP).
Las mejoras incluyen la construcción de una plataforma, un sendero y un baño adaptado para personas con movilidad reducida en la estación Nahuelpan, acondicionamiento de vagones y vías, y tareas de mantenimiento en los talleres y el resto de las instalaciones.
El secretario de Turismo de Esquel, Gustavo Simieli, señaló que «avanzamos en la realización de obras importantes en todo el recorrido del tren y también en la creación de una mesa de trabajo que analizará la futura concesión de los servicios de La Trochita, que vence a fines de 2023».
«El objetivo final es que el tren sea totalmente accesible en todas las estaciones y en todos los servicios», Gustavo Simeli.
«La observación que hicimos es que corresponde que haya un representante de la ciudad de Trevelin en el proyecto, porque estamos trabajando juntos en turismo, aunque no figure en el ramal», agregó.
Simieli subrayó que «el objetivo final es que el tren sea totalmente accesible en todas las estaciones y en todos los servicios, algo que es posible a través de la ejecución de este plan».
Por su parte, el presidente de la UEP, Pablo Muñoz, destacó que «el proyecto es muy bueno, las mejoras van a ayudar para atraer al turismo, sobre todo en el segmento de la accesibilidad, y tanto la administración como los trabajadores del tren contarán con mayores garantías para un buen funcionamiento».
Muñoz afirmó que «la mesa de trabajo contará con representantes de los Ministerios de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio y de Turismo y de los municipios de El Maitén y Esquel, y sus respectivos concejos deliberantes y representantes de los trabajadores» y consideró que por ese motivo «las tareas se ejecutarán en corto tiempo y estarán dirigidas a las verdaderas necesidades del tren en todo su recorrido».
El Viejo Expreso Patagónico está adherido al programa Directrices de Accesibilidad en Alojamientos y Servicios Turísticos que impulsan el Ministerio de Turismo y Deportes y el Gobierno chubutense.
El tren ya cuenta con obras terminadas en las estaciones de Esquel y Nahuelpan que garantizan la calidad de atención a personas con discapacidad, como la adecuación de las boleterías y un vagón con rampas, la impresión de folletería y cartelería en sistema braile y un sistema de reservas de pasajes online, entre otras, informó Télam.
«Las mejoras van a ayudar para atraer al turismo, sobre todo en el segmento de la accesibilidad», Pablo Muñoz.
El tren histórico La Trochita, o Viejo Expreso Patagónico, que es administrado por la Corporación de Fomento del Chubut, ofrece recorridos con singulares vistas de la estepa y los valles de la Comarca Andina que conectan Esquel, Nahuel Pan, El Maitén y Desvío Bruno Thoma.
El tramo entre El Maitén y Desvío Bruno Thoma es de 52 kilómetros de ida y vuelta y durará unas 2 horas 30 minutos, en tanto el recorrido Esquel-Nahuelpan es de unos 60 kilómetros y tiene una extensión horaria similar.
Este atractivo también comienza a posicionarse en Río Negro, donde recorre 43 kilómetros atravesando la estepa patagónica en su tramo por el suroeste de esa provincia en un viaje -ida y vuelta- de 86 kilómetros entre Jacobacci y Ojos de Agua, un paraje en el que viven unas pocas familias.
La Trochita cuenta con un servicio de guías que describen la historia y los datos técnicos de este tren turístico, que además cuenta con un servicio de coche comedor.
Los turistas pueden también conocer los talleres de reparaciones y otras instalaciones del ramal ferroviario, que conserva un enorme patrimonio histórico y tecnológico.
El tren fue creado hace 72 años y tras dos años sin funcionar en el inicio de la década de 1990, volvió a circular en 1994 gracias a un proyecto turístico.
Mantiene su formato original, que se remonta a mediados del siglo XX, caracterizado por pequeños vagones y una locomotora a vapor, que circulan por vías con trocha de 75 centímetros.
La formación tiene una capacidad de 120 pasajeros y se convirtió en un ícono internacional que llegó a los libros, como el del escritor estadounidense Paul Theroux, que le dedica una mención en su clásico: «El Viejo Expreso de la Patagonia».