La variedad de paisajes que ofrece nuestra provincia son una invitación abierta a quienes quieran conocerlos y sin dudas, el feriado por Semana Santa será una de las tantas oportunidades durante el año para poder hacerlo.
El fin de semana largo por Semana Santa es una invitación abierta a recorrer lugares mágicos de nuestra región donde la inmensidad de la patagonia se hace sentir con paisajes y cielos únicos.
¿Pero qué hay para ver?, muchísimo. Nuestra región y no muy lejos, en cercanías de Comodoro, o en el trayecto a la Comarca Andina, hay un abanico impresionante de lugares tal vez muy poco conocidos.
Los Altares, la parada obligada de la Ruta 25 en Chubut
La Ruta 25 cruza la provincia del Chubut casi por su centro, uniendo el mar y la cordillera. Es fácil imaginar que -con ese recorrido- su trayecto de algo más de 500 kilómetros reserva para el viajero impresionantes escenarios que dejan ver la transición entre la zona de playas y las montañas, pasando por la meseta y un sorprendente y profundo valle.
En gran parte de su traza, desde Rawson al empalme con la Ruta 12, corre paralela al Río Chubut. Es en este segmento donde se ubica Los Altares, justo en el centro de la provincia. Pasando el cruce con la 12, el camino continúa hacia el oeste hasta empalmar con la Ruta 40, en Tecka.
Durante miles de años el viento y los elementos tallaron las formaciones rocosas que se elevan en la meseta chubutense como verdaderos altares de la naturaleza, lo que da nombre a esa localidad. Su belleza única la convierte en un atractivo para todo aquel que pase y se anime a recorrerla.
El trekking es la actividad destacada y hay diferentes circuitos para apreciar cada aspecto de este lugar, desde su riqueza cultural hasta la paleontológica y geológica, guiadas por un baquiano con dos décadas en la zona. También podemos recorrer los paisajes en vehículos 4×4, dedicarle el día a la pesca, al kayak o participar de alguna de las múltiples actividades culturales que se suceden a lo largo del año.
La Laurita, Nueva Lubecka y Los Tamariscos: las paradas casi olvidadas de la ruta 40 en Chubut
Cuando gran parte del camino que separa Comodoro de Esquel era de piedra, los 576 kilómetros entre ambas localidades exigían una preparación y un ritmo de viaje muy distinto al actual. El trayecto se dividía en tramos para detenerse a tomar mate y «estirar las piernas» -a distancias que hoy sería innecesario- pero que daban vida a paradores que eran verdaderos «puntos de encuentro» entre viajeros que compartían novedades sobre el estado de la ruta, en una época donde los celulares e internet sólo eran parte de algún cuento de ciencia ficción.