Los restaurantes son uno de los sectores más golpeados por la cuarentena y hoy, a tres semanas de poder reabrir sus puertas, sigue trabajando arduamente para volver a ponerse en pie. Los protocolos, la incertidumbre sobre el cambio de normas y la reacción de los vecinos, son las circunstancias principales con las que tuvieron que lidiar los restaurantes y confiterías.
“Ya ahora volvimos a la normalidad y vemos que vuelve a retomar la actividad y que la gente vuelve a salir”, comentó Ángel Bordenave, encargado de la tradicional Cantina El Náutico y el parador Bistró en diálogo con EL CHUBUT.
“Realmente vimos que la gente necesitaba salir de sus casas. El sector gastronómico fue uno de los sectores más golpeados y la gente lo supo. La gente de Madryn aportó ese granito de arena cuando se reabrió la economía”
En un principio fueron habilitados los deliverys, para luego sí, tras más de dos meses, poder reabrir los locales. Sin embargo, a los pocos días llegó en Puerto Madryn la obligación de circular según la terminación con DNI, antes de retomar a la normalidad que vive hoy la ciudad.
Consultado por este medio al respecto, Bordenave señaló estos cambios constantes como una dificultad importante al momento de brindar el servicio.“El delivery no fue lo que nosotros pensábamos. Fue una ayuda que sirvió para afrontar algunos gastos, pero no el 100% de las estructuras gastronómicas, que necesitan mucha cantidad de empleados para funcionar”, explicó.
“Después que pudimos abrir nuestros restaurantes con el DNI par o impar, la actividad fue casi como si hubiéramos cerrado. Porque es muy complejo que en una casa sean todos pares o impares. Y más allá de que puedan serlo, a veces unos podían y otros no. Entonces mermó casi un 90%. Realmente la toma de decisión esa afectó muchísimo al sector”, señaló Bordenave.
Además, explicó que uno de los problemas más grandes con los que deben afrontar es la incertidumbre sobre cómo la cuarentena afecta las normas a implementar en el sector: “No es tan fácil organizar una estructura con los protocolos y después que te lo cambien con nuevas normas y tener que adaptar todo”, indicó el encargado de los locales, lo cuales cuentan con 58 empleados en total.
“No es fácil armar y plantear cómo vamos a atender al cliente teniendo el delivery, la apertura con reservas, a tener que cancelar las mismas. Esperemos que estas tomas de decisiones no vuelvan a afectar al sector. Entiendo que depende del virus, pero estar cerrados 90 días, abrir, y después volver a atrás, lo sufrimos”.
Ley de emergencia
Al igual que lo hizo un amplio sector de la comunidad madrynense, Ángel Bordenave, como parte del rubro gastronómico, se sumó al pedido urgente de la sanción de la Ley de Emergencia nacional en el sector turístico, que aún se discute en el Congreso de la Nación.
“A nosotros la actividad nos cayó un 95%, comparando datos de este año con los del año pasado. Es imposible llevar una empresa adelante con esos datos. Nosotros nos manejamos en el sector turístico. Vivimos prácticamente el 80% del turismo. El hotelero y gastronómico viven casi 100% netamente del turismo”, sinceró Bordenave y abogó por una la Ley de emergencia que pueda “dar créditos a tasas razonables, exenciones de impuestos, y otros factores para ayudar al sector”.