no existen registros fidedignos, pero es muy probable que haya sido bautizado por su gran cantidad de percas y pejerreyes, muy fáciles de ver en sus aguas claras.
Longitud:
15 km.
El arroyo Pescado es un pequeño spring creek, que corre enteramente en aguas privadas (dentro de la estancia homónima), requiriéndose para su ingreso el pago de un arancel. El paisaje que lo rodea es la estepa semiárida, enmarcada en el sugestivo contexto de enormes torres de alta tensión.
Es una rareza hidrológica, ya que nace prácticamente de una sola surgente o menuco, originando numerosos bracitos que se unen hasta formar un curso único. Sus aguas, cristalinas y frías, presentan una temperatura muy estable, transformándolo en un hábitat ideal para los salmónidos. Esta característica, sumado a la productividad de sus aguas y el buen cuidado que recibe, lo erigen como uno de los cursos con mayor densidad de truchas en la Patagonia. Por momentos parece un gigantesco acuario natural.
A pesar de su escaso recorrido, este curso puede dividirse en sectores bien definidos. En sus primeros tramos corre lento, a manera de un flat casi permanente, con su lecho de arena o limo tapizado por abundantes plantas subacuáticas y algas filamentosas. A un par de kilómetros aparecen los primeros pozos profundos, con juncos y amplios desplayados (lagunas) que brindan las truchas más importantes y una enorme concentración de aves acuáticas (especialmente flamencos rosados).
Esta estructura se matiza con largas barrancas empastadas, que pueden detonar excelentes pescas con imitaciones de insectos terrestres. Un poco más abajo aparecen estrechamientos, que forman angosturas y canaletones tapizados por algas (ideales para pescar con attractors de superficie tipo Chernobyl o Hi-vis Foam X). Ya en su sección inferior, el arroyo se cubre de sauces (aguas arriba existen muy pocos) y adopta un aspecto muy similar al río Tecka, con el que confluye. Como este último, brinda muchísimas truchas pero de escaso porte. De allí que resulte poco visitado.
Hasta la década del veinte sólo poblaban el Pescado percas ypejerreyes patagónicos. A partir de entonces se introdujeron truchas de arroyo, que desplazaron a la fauna autóctona y alcanzaron tamaños descomunales. Paulatinamente las truchas arco iris sembradas en el río Chubut comenzaron a invadir sus aguas (década del ‘50), hasta transformarlo en un curso casi exclusivo para esta especie.
El Pescado es pesquero terrible, con una enorme densidad de arco iris de 700 gr a 1,5 kg, y la posibilidad de toparse con peces de 2 o 2,5 kg (el récord absoluto es de 11 libras). Las truchas marrones que pueblan sus aguas, por el momento minoría, poseen tallas muy interesantes (no es raro que alcancen los 3 kg).
La inagotable fuente de crustáceos del Pescado torna a las truchas notoriamente robustas y coloridas. Debido a la temperatura constante de sus aguas, este curso posee una característica inusual: dos estaciones de desove para las arco iris. La primera se registra entre noviembre y diciembre, mientras la segunda ocurre en mayo. Este factor es el responsable de su apertura diferencial, el 1º de enero.
Junto a las truchas, existen pejerreyes patagónicos de generoso tamaño (de 35 a 45 cm) que toman secas y ninfas de maravillas. Estos veloces nadadores, de un color oliva oscuro como respuesta a la insolación que sufren, brindan grandes satisfacciones a los fanáticos de los equipos ultralivianos.
El Pescado resulta un curso extremadamente productivo. En su menú se destaca una enorme oferta de crustáceos, en especial anfípodos del género Hyalella. A ellos se les suman pancoras de todos los tamaños imaginables. Entre los insectos acuáticos abundan las efímeras (especialmente Baetis y Metamonius) y los dípteros. En los sectores profundos y calmos, con fuerte presencia de vegetación acuática, dominan las ninfas de odonatos (libélulas y aguaciles). Los veranos más húmedos aseguran gruesas raciones de tucuras y hormigas, prodigando una excitante pesca con mosca seca. Pesca con mosca: técnicas y equipamiento
Por su carácter complejo, el Pescado resulta un ambiente ideal para poner a prueba nuestras habilidades técnicas, con infinitas variantes sobre pez visto. Tiene muchas caras, ya que por momentos la pesca resulta muy fácil, y por otros una eclosión puede tornar a las truchas extremadamente selectivas (obligando a pescar con moscas muy pequeñas y tippets 6 o 7 X). De allí que se pueda pescar prácticamente con todas las técnicas, secas, como húmedas, ninfas y streamers. Es frecuente que una buena caña pueda sacar decenas de truchas en una jornada buena. Aún así tratándose de ejemplares trofeo, la escasa profundidad, la presión de pesca, una costa sin árboles y lo cristalino de las aguas, tornan el acercamiento y las presentaciones realmente difíciles. En este sentido, una brisa fuerte que arruge la superficie y disimule al pescador, es de gran ayuda.
En este arroyo el equipo ideal varía entre una Nº 3 o 5 de acción media, con una línea W.F. flotante o una intermediate transparente. Las técnicas más rendidoras son las que permiten presentar con gran naturalidad pequeñas ninfas y húmedas. Entre los modelos más recomendables se citan Soft Hackles (tanto Peacock como Hare’s Ear), Hyallela Scud, Serendipity y B.H. Prince entre Nº 14 y 20. Sin viento es posible dar con eclosiones de midges, Metamonius oBaetis que permitan una interesante pesca con secas o emergentes.
Aunque no todo es sutileza en el Pescado: peinar un pozón o un socavón bajo las barrancas con una Dragon Nymph o un streamer de acción suave puede ponernos ante peces muy importantes. Algo similar sucede al rayar los canales entre las algas con secas de atracción del tipo Stimulator Rubber Legs o ratones de pelo de ciervo. Acceso Por Cholila por ruta nac. n° 71 hasta la R.N. Nº 40 hasta la intersección con la R.P. Nº 25. Luego se dobla en la entrada de la estancia Río Pescado (total 79 km). Por Esquel por la R.N. Nº 40 hasta la intersección con la R.P. Nº 25 (35 km de asfalto). Luego se dobla en la entrada de la estancia Río Pescado (total 49 km).