La emergencia sanitaria por el coronavirus puso en jaque a la industria turística. Países como Francia, Italia y Brasil ya cuentan con leyes para instar a los turistas que debieron cancelar sus viajes a reprogramarlos, sin la posibilidad de cancelar o exigir la devolución, con el argumento de proteger a la economía regional.
El sector turístico de Bariloche recalca que la crisis sanitaria debe interpretarse como “una razón de fuerza mayor” para evitar la quiebra de gran cantidad de empresas.
Diego Benítez, el presidente de la Asociación Argentina de Derecho del Turismo y docente de la UNRN, puso el ejemplo de Brasil. “Nos dio un gran alivio. Obliga a los pasajeros a reprogramar los servicios; entonces quienes tenían previsto un viaje a Bariloche tendrán un año para viajar. Es una buena noticia para destinos receptivos como el nuestro”, explicó.
Aclaró que todavía no hay medidas similares en Argentina, donde “la resolución 1532/98 obliga a devolver los pasajes aéreos o bien determina la validez por un año, contando desde el día de la emisión del viaje”.
Ayer se dio a conocer además que la Anac instó a las líneas aéreas a programar sus vuelos a partir de septiembre y prohibió que ahora promocionen y vendan pasajes de servicios que todavía no fueron autorizados.
Benítez indicó que ya hay 13 estados que lanzaron decretos y leyes de emergencia para forzar a los pasajeros a aceptar bonos o vouchers para reprogramar sus viajes, de un año a 18 meses de plazo, antes de exigir el reembolso en cash. “Esto hace que la gente, en algún momento, tenga que viajar”, planteó y argumentó que “se debe evitar la quiebra masiva del sector”.
La presidenta de la Cámara de Turismo de Bariloche, Belén García Bertone, cuestionó que hoy en Argentina, “no hay lineamientos tan claros sobre la posibilidad de reprogramar”.
“Siempre se intenta reprogramar pero si el pasajero no quiere, en muchos casos, hay devoluciones. Algunos aceptan reprogramar el viaje en el año; otros te exigen la devolución y ahí ponen en jaque a nuestro sector”, acotó.