0 Comentarios
El impacto de la pandemia tiene una de sus máximas expresiones en la industria vitivinícola, castigada tanto por la caída del mercado interno como en las exportaciones debido a la menor demanda de otros mercados también afectados por el virus, así lo indicó El Clarín.
Esta situación llevó al sector a pedir al Ministerio de Producción su inclusión en el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción. Para eso, presentó un informe en el que se detalla el impacto de la crisis en cada uno de sus frentes.
Según los datos que maneja la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) los daños sufridos por la cadena productiva del vino, uno de los productos íconos de las exportaciones argentinas son los siguientes:
En el mercado interno: la caída del consumo de vino estimada en marzo de 2020 respecto al mismo mes del año anterior rondaría el 30%, debido a la reducción de un 5% aproximadamente en la venta en los canales tradicionales (supermercados, almacenes, autoservicios) que representan aproximadamente el 70% del consumo, a lo que se suma la disminución a cero en el canal “botella abierta” (restaurantes, bares, hoteles) junto con el canal “enoturismo” y vinotecas, las cuales también se han visto ampliamente afectadas en la comercialización. Estos últimos representa el 30% restante del consumo.
Esto configura un panorama de caída en volumen en la comercialización de vino en Argentina que estaría rondando también el 30% en abril de 2020 respecto al mismo mes del año anterior.
Alrededor del 80% del vino producido en el año se vende en el mercado interno: 7 de cada 10 hogares compran vino al menos una vez al año y la mitad de los argentinos mayores de 18 años lo consumen habitualmente.
La Corporación explicó en su informe que si bien los datos de ventas en volumen de productos de consumo masivo a nivel país en marzo tuvieron un crecimiento interanual del 16%, esta suba no se vincula a la venta de vino. «Este valor cuando se abre la categoría señala una dispersión muy importante pasando de segmentos con un crecimiento mayor al 40%, como en el caso de productos de limpieza y hogar o alimentos secos (+33%), a otros rubros con fuertes caídas. En este grupo se ubica el rubro bebidas con alcohol que registra una baja del 4,5% en sus ventas totales en volumen, con una disminución segmentada de 2,8% en cerveza y 4,7% en vino, según datos relevados por la consultora W, que dirige Guillermo Oliveto.
Quienes tenían sus principales ventas centradas en el mercado local abasteciendo restaurantes, cantinas, bares y vinerías han sufrido un corte en esta cadena de distribución debido al cierre con motivo del aislamiento social preventivo y obligatorio.
En cuanto al impacto de largo alcance en el enoturismo, es decir en el turismo vitivinícola la Corporación explicó que «la situación es crítica dado que los niveles de facturación se han reducido a cero y seguramente será una de las últimas actividades que pueden retomar el trabajo con normalidad». Se explica porque el 95% ofrece visitas a los turistas. Hoy inexistentes.
En cuanto al empleo (datos al 2017), el enoturismo en la Argentina representa 872 puestos permanentes y 351 empleos transitorios, de los cuales 78% es representado por mujeres en el staff permanente, según la entidad.
Finalmente, la pandemia impacta muy fuerte en el comercio exterior. «La evolución de las exportaciones de los vinos fraccionados y espumantes durante la segunda quincena de marzo, momento a partir del cual comenzó el aislamiento social obligatorio en nuestro país, y comparándolas respecto a los mismos días del año anterior, se observa una caída del orden del 21% en valores FOB, mientras que en volumen este porcentaje se ubica en torno al 19,4%, según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino», detalló la CVA