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A tan solo 70 kilómetros de la ciudad de Puerto Madryn y rodeada de una variedad de fauna increíble, se encuentra la Reserva El Pedral, un hotel de campo con solo 8 habitaciones construido en una casona antigua y llena de historia, que desde el 2015 manejan la francesa Julitte Decré junto a su socio Tiño Resnik. Fue su amor por la Patagonia lo que convenció a Decré de instalarse en Argentina, a donde había llegado en 2007 por su trabajo en una automotriz.
¿Cómo surgió el proyecto de El Pedral?
Visité El Pedral en enero del 2015 con mi marido Esteban y mis hijos Felipe y Emilio. Mi socio Tiño, que ya conocía el lugar y sabía que estaba en venta, me había pedido que fuera a conocerlo. Fue una de las experiencias más lindas que me tocó vivir en Argentina. Imagínese dormir en una casa cargada de historia, en el medio de la estepa patagónica, sobre la costa del Golfo Nuevo, donde las ballenas francas llegan cada año a reproducirse, en un escenario natural extraordinario y con toda la fauna marina al alcance. Mejor imposible. A los pocos meses se concretó la venta. Nos hicimos tan amigos del expropietario, que siempre bromea sobre lo arrepentido que está de haber dejado ese paraíso. Hoy “El Pedral, Hotel de Campo” tiene capacidad para 17 personas, y también ofrece la posibilidad de hacer una excursión de día para las personas que quieren conocer los pingüinos de Magallanes.
¿Cuáles son tus actividades dentro de El Pedral?
Yo me ocupo de la parte comercial desde la ciudad de Buenos Aires y mi socio, desde Puerto Madryn. Mi rol es que la gente conozca El Pedral. Es clave que los viajeros entiendan que allá no tendrán señal de teléfono, que Internet es muy limitado porque es satelital y que los chicos no cuentan ni con tele ni playstation. Lo que sí les garantizo es que podrán divertirse con toda la fauna que van a descubrir. Además de todas las actividades guiadas que organizamos en la estadía, contamos con un poco de todo para que los papas puedan descansar (bicis, pileta, metegoles, mesa de ping pong, baúl con disfraces, juegos de mesa, etc… Otra actividad que hago es viajar anualmente a Francia para juntarme con agencias de turismo en París y varias ciudades del Interior.
¿Qué encuentran los viajeros allí que no hay en otro lugar?
La colonia de pingüinos de la Reserva El Pedral vale el viaje por si sola. De hecho por eso creamos el “Día de campo y pingüinos”, una excursión que incluye la visita de la colonia y un almuerzo con las delicias gastronómicas que brinda el hotel: el cordero al asador cocinado por Dandy, el asador en jefe de la casa.
¿Qué tiene esa colonia en especial?
Gracias a los estudios realizados por la Global Penguin Society en El Pedral, entendimos que el éxito de esa colonia se debe a la calidad y cercanía de los alimentos que se encuentran a su alcance. Un pingüino del Pedral solo tiene que nadar un promedio de 18 km para conseguir el alimento cuando otros tienen que recorrer más de 100. Por este motivo, la colonia pudo crecer tan rápidamente. Es como tener el kiosco a la esquina para alimentar a sus pichones. En el 2008 había 8 parejas y que en el último censo de noviembre del 2019 se contaron ¡más de 2,596 parejas de pingüinos!
Reseñó el portal Marie Claire.