Este hombre de Bariloche a sus 66 años tocó la cima del volcán neuquino en una travesía única. «Es duro pero con voluntad se llega», relató tras esta nueva hazaña.
A Sergio Vázquez nada lo detiene y su nueva proeza da muestra de su perseverancia. Este fin de semana, este hombre de Bariloche, al que se lo puede encontrar entrenando a la vuelta de la esquina, hizo cumbre en el volcán Lanín y se convirtió en el primer andinista ciego en llegar a los 3.776 metros sobre el nivel del mar.
“Fue durísimo pero hermoso, le puse todas las ganas para llegar”, contó Sergio a “Río Negro” con un entusiasmo propio de la hazaña que logró a sus 66 años.v
Sergio quedó ciego a los 18 años y la actividad física y el deporte lo mantienen muy activo, al punto que ha participado en competencias como 4 Refugios, Iron Man, Cruce de los Andes y ahora, con pocos días de descanso ya tiene en mente la nueva meta: el circuito de 15 kilómetros en el K42 que se disputa el próximo fin de semana en Villa La Angostura.
A la cumbre del volcán Lanín el barilochense llegó ayer sábado a media mañana. Integró un grupo de expedicionarios de Buenos Aires junto a amigos con los que sale a correr y a su hijo Matías. El jueves partieron desde Bariloche hacia San Martín de los Andes donde hicieron noche y el viernes comenzó el ascenso hacia el refugio por la vía cercana al expaso Tromen. Allí durmieron esa noche y a las 3 de la madrugada del sábado comenzaron el ascenso en el trayecto final para llegar a la cima finalmente a las 10:30.
“Había mucha nieve, hielo, frío a pesar de que había sol, con solo decirte que se me congeló la manguera del camel por donde tomaba agua”, relató este experimentado hombre de la montaña que se jubiló el año pasado del Centro Atómico Bariloche y ahora dedica su tiempo completo a la actividad deportiva.
Sergio admitió que hay que estar preparado y entrenado para hacer cumbre en el Lanín. Por caso, en las estadísticas de montaña señalan que el 40 por ciento de los andinistas que realizan el ascenso, no llegan a la cumbre del volcán neuquino.
En la travesía que realizó Sergio, por su condición de no vidente, tuvo que ir encordado en muchos tramos donde el precipicio estaba cerca. Además para todos es obligatorio llevar equipamiento como crampones, piquetas, cuerdas, ropa técnica para el frío y otra muda para cambiarse.
El ascenso al Lanín estaba entre los pendientes de Sergio. “Siempre lo pensé, decía que lindo sería ir al Lanín pero no me animaba y unos amigos armaron el viaje desde Buenos Aires y les faltaba gente para conformar el grupo y me invitaron. Consulté con un guardaparque de San Martín de los Andes porque quería ir más seguro para no quedarme en el camino”, aseguró. Y la expedición se armó rápido porque el entrenamiento físico ya lo tenía y se sumó además el interés de su hijo Matías de acompañarlo en esta aventura.
Según indicó Sergio, en el Parque Nacional Lanín le informaron que era el primer andinista no vidente en llegar a la cumbre y eso fue motivo de celebración también en el grupo de la expedición.
¿Qué sensación tuvo en la cumbre? “fue increible, llegué con una alegría terrible y en ese momento se me pasó el cansancio y todo”, dijo entre risas y acotó: “la experiencia es lindísima”.