Capillas centenarias, bares y ramos generales únicos. Gaiman, Dolavon y 28 de Julio, tres pueblos a la vera de la Ruta Provincial Nº 25, que sorprenden y atrapan.
El Ministerio de Educación de Chubut destacó la participación de la Escuela Nº 740 de Trevelin durante la 99° Exposición Rural de Esquel, realizada en el mes de enero, al destacarse en la pista con animales de la raza Hampshire Down.
Los estudiantes, ex alumnos, profesores y directivos trabajaron mancomunadamente para lograr una distinguida performance, obteniendo importantes galardones en diferentes categorías.
Este resultado refleja el compromiso y esfuerzo colectivo de toda la comunidad educativa que dejó a la escuela en lo más alto del evento rural.
En ese sentido, la participación de la institución educativa resultó en un excelente desempeño, destacando los siguientes logros: Gran Campeona Hembra, Reservado de Gran Campeón Hembra y Macho, y mejor ejemplar sin distinción de sexo.
El ministro de Educación del Chubut, José Luis Punta, destacó el notable desempeño de la Escuela Nº 740 en la Expo Ovina de la Sociedad Rural de Esquel al resaltar el esfuerzo y la dedicación de toda la comunidad educativa.
“Este tipo de logros no sólo ponen en evidencia la calidad educativa que brindan nuestras escuelas, sino también el compromiso y la capacidad de los estudiantes y docentes para vincular la teoría con la práctica en ámbitos tan relevantes como el agropecuario”, expresó.
Además el ministro subrayó que este éxito refuerza el compromiso de la educación pública con el desarrollo de habilidades y conocimientos que contribuyen al crecimiento y fortalecimiento de las comunidades rurales.
Asimismo, desde la institución destacaron “a todos los que han colaborado en la preparación y presentación de los animales durante estos días. Gracias a su esfuerzo, pudimos representar a nuestra escuela de manera ejemplar, obteniendo estos importantes logros”.
Gaiman está a unos 365 km de la ciudad de Comodoro Rivadavia. Se fundó en 1874 y su nombre significa “piedra de afilar” en lengua tehuelche. En 2024 fue reconocido como uno de los mejores pueblos del mundo, con el premio Best Tourism Villages de la ONU Turismo.
Para quien no lo conozca, la cita es obligada; si colocan el nombre en Google Té galés, aparecerán recomendaciones y todas buenas. Está relativamente cerca de Comodoro Rivadavia y ojo que no se aceptan quejas. Ustedes piensen: ¿acaso las distancias no son un mal necesario para el turista patagónico?
La propuesta puntual de este segmento es que no dejen de conocer y deleitar sus paladares visitando una casa de Té galés. La sugerencia de hoy es: Nain Glenys.
El té galés en el valle es una costumbre de sus primeros colonos, que luego de un largo día de trabajo, se reunían para compartir el momento de descanso. Comían pan con manteca, carne que les había sobrado y alguna tarta dulce, todo acompañado por abundante té.
Carina Jones es la propietaria de Nain Glenys y el nombre de la casa de té lo puso en honor a su abuela Glenys. De ella aprendió casi todo lo que sabe de pastelería y sobre todo, del esfuerzo y el trabajo para salir adelante con el Té galés.
“Recuerdo que yo tenía 8 años y volaba a la cocina para estar con mi abuela, me sentaba en un rincón y la observaba, en esa época ya me daban tareas, pelar manzanas y nueces”, añoró Carina.
La casa de Té galés Nain Glenys tiene toda la impronta de una casa galesa y eso no es casual, es que Carina vivió muchos años en Gales y durante su estadía en aquel país se ocupó de comprar muebles y vajilla fina, todo lo necesario para cuando pudiera instalar su propia casa de té.
Quien ingrese a esta casa de té tendrá la sensación de llegar a la casa de la familia que no ve hace tiempo. La distribución de sus muebles, la calidez de la madera, sus manteles y la vajilla delicada es la escena perfecta de quien está a punto de recibir visitas y desea atenderlas de la mejor manera posible.
No corresponde explicar con palabras lo que debe vivirse como experiencia, el consejo es que vayan a Nain Glenys y prueben el menú completo: la tarta de crema hace agua la boca y la de limón dilata las papilas. La torta negra y sus secretos deslumbra, y los sándwiches de miga de pollo con stuffing convierten la tarde en una verdadera experiencia culinaria.
Panza llena, corazón contento, y a seguir viaje por la Ruta Provincial Nº 25 . A tan solo 20 km queda Dolavon, un pueblo que se fundó en 1919 y que también se dedica a la actividad agrícola ganadera.
A su avenida principal la cruza un canal que transporta agua y las norias en él son el mayor atractivo. La mayoría de los edificios históricos se encuentran sobre la calle principal y a cada paso el caminante se tropieza con la historia del lugar.
Algunos se transformaron con el tiempo, como el de La Mercante. Este edificio se inauguró en 1917 y era un ramos generales. Fue restaurado por el municipio y hoy funciona como casa de té y museo.
En el 1900 o el Siglo XXI, las personas siempre disfrutaron del momento compartido, y esa era la función del Bar España en Dolavon. Se construyó hace más de 100 años y funcionaba como hotel y bar. Sus propietarios actuales son Marcelo Lloyds y su esposa Jessica Brunt, aunque la propiedad está en la familia desde 1972.
Sus techos altos, la barra de madera y sus ventanas gigantes son un viaje al pasado que no tiene demasiada ciencia, solo basta con atravesar la puerta de vidrios repartidos que está en la ochava.
Hay un televisor colgado que siempre está prendido y es uno de los pocos datos que sitúan al bar en el año 2025. Las mesas reúnen a parroquianos que juegan al truco. Un espejo grande engaña al cliente distraído ya que parece una ventana. Abajo, hay una mesa y un hombre, con la mirada fija que atraviesa los ladrillos añosos.
El Bar España siempre fue punto de encuentro y el lugar ideal para encontrar trabajo, vender un animal o hacer algún tipo de negocio. El bar era sinónimo de información.
“Antes las mujeres no ingresaban al bar, y ahora ya no es problema para nadie. Los fines de semana, muchas veces se improvisan guitarreadas y bailes”, afirmó Marcelo, su propietario.
Marcelo creció en el boliche y sabe que para ser bolichero hay que tener un carácter especial y firme, es la única forma de mantener el ambiente tranquilo. Los años pasaron y el Bar España sigue en la esquina, con la puerta abierta, a la espera del cliente que necesita acodarse en la barra para acortar el día.
Algunos, en los bares sanan sus penas y otros necesitan de la fe religiosa para sentir paz. En Dolavon no se escatiman deseos ni a los pobladores ni a los turistas. Las capillas de origen galés están distribuidas en las chacras y visitarlas es otro de los atractivos.
En la provincia del Chubut hay 18 capillas de origen galés distribuidas en Trelew, Gaiman, Dolavon, 28 de Julio, Esquel y Trevelin. Habitualmente se las encuentra en las zonas de chacras. Están construidas con ladrillos a la vista y ventanas de vidrio repartido. Sus líneas son sencillas y observarlas produce un cierto relax.
En Dolavon una de ellas es Glaw Alaw, pertenece a la religión Metodista Calvinista y fue inaugurada el 15 de mayo de 1887, ya tiene 138 años y su interior se encuentra intacto. Una vez por mes abre sus puertas para oficiar el culto.
La Glaw Alaw se encuentra sobre la Ruta Provincial Nº 7. A un costado la recorre un canal de agua y en el frente un cartel azul anuncia su nombre. Un cerco de alambre y un portón de madera la custodian, pero siempre hay algún vecino atento que, ante la mirada curiosa de los turistas, acude a abrir sus puertas.
Aldwin Brunt esconde sus ojos celestes bajo una gorra visera y sus manos gastadas hablan del trabajo que aún hace en la chacra. Vive a pocos metros de la capilla y la llave siempre la tiene a mano; si un visitante quiere saber, Aldwin está para explicar.
Ingresar a la capilla es un viaje al pasado. Los pisos son de pinotea y los bancos son largos; en el fondo hay un púlpito de madera y un armonio. Sobre una mesita descansa un libro de cánticos escrito en galés y castellano. Allí, entre esas paredes se hace fácil imaginar a esas mujeres con faldas largas y hombres con trajes pesados que encontraban en la capilla la fe para seguir adelante.
¿Por qué hay tantas capillas en la zona? Es la pregunta de quien no conoce la cultura galesa:
“Es muy fácil de responder: cuando llegaron los galeses, lo único que traían y los sostenía era la fe; por eso construían las capillas antes que sus casas”, indicó Aldwin , orgulloso.
Después de un poco de paz espiritual, el viaje resulta más liviano. Entonces, ¿por qué no seguir hasta el 28 de julio, que está casi a 40 km de Dolavon por la Ruta Pcial. Nº 25?
Este pueblito de no más de 600 habitantes es la representación de la paz absoluta y sus tardes calurosas son vigiladas por las familias de teros que habitan la zona. La mayoría de sus pobladores habitan en las chacras, por lo que el casco del pueblo está compuesto por algunas casas, las instituciones públicas y una capilla católica.
Pero atención, que quien ingrese desde Ruta Pcial. Nº 25 con lo primero que se encontrará es con la “Casa Amarilla”, un edificio que se inauguró en 1934, un año antes de la fundación del pueblo. En principio, funcionaba como acopio de garbanzos y con el tiempo se transformó en ramos generales.
Los socios fundadores de Casa Amarilla fueron Albariño y Zucchi; pasaron varios dueños hasta que al fin Miguel Herrero y su familia adquirieron la propiedad. Hoy, César, uno de los hijos de Miguel, con sus 80 años, sigue detrás del mostrador, aunque es consciente de que los tiempos de gloria ya pasaron.
Los estantes de madera ya no están abarrotados de mercaderías y los cajones que antiguamente contenían garbanzos, harina y azúcar a granel solo guardan sus restos. El sitio está intacto, hasta las gavetas de la estafeta postal siguen ahí, a sabiendas de que ya no hay cartas de papel a la espera de realizar un largo viaje hasta su destino.
Los surtidores de combustible están rodeados de algunas plantas y César se empeña periódicamente en mantener limpio el lugar. Acomoda las mangueras y chequea las tapas de los tanques en el piso, aunque ya hace más de 10 años que nadie carga allí.
César abre la Casa Amarilla religiosamente; los chacareros, como les llama él, llegan para hacer sus compras y tomar algo fresco. El metegol en el centro del almacén espera que alguna ficha les dé vida a sus jugadores por un rato. Don Herrero reconoce que el paso del tiempo se llevó a la gente y los más jóvenes se van a la ciudad.
En Casa Amarilla, el viajero encontrará artículos de almacén básicos y la presencia de Don César Herrero, que estará dispuesto a compartir una charla y contar la historia de 28 de Julio, llena de inmigrantes aventureros, puentes y caminos de tierra.
La Ruta Pcial. Nº 25 continúa hacia el oeste, pero ¿qué tal si deciden ir a la playa? Entonces, para cambiar de paisaje, la invitación es volver por la Ruta Pcial Nº 7 para atravesar el Valle Inferior del río Chubut. La producción de verduras frescas es una tentación y las vacas son un espectáculo aparte, mueven la cola constantemente. ¿Será en señal de amistad o simplemente espantan moscas?
Viajeros comodorenses, armen ustedes su propio circuito turístico; la provincia del Chubut ofrece grandes posibilidades. En la valija deben cargar ropa liviana, repelente y mucha curiosidad. Esta última no representa peso y les abrirá las puertas que los conectarán con la cultura y la belleza natural del Valle del Río Chubut.
Fuente: ADNSur