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Una vez que pase la calamidad, los efectos colaterales que dejará el Coronavirus, sí preocupa a las provincias argentinas. Chubut será una de las más complicadas.
El miércoles pasado, los representantes de Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Mendoza, Río Negro y La Pampa, agrupados en la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), visitaron al secretario de Energía Sergio Lanziani. Le plantearon la necesidad de sostener el precio del petróleo en torno a los 50 dólares por barril, unos 15 por encima de la cotización actual.
Argumentaron que eso ayudaría a mantener las inversiones, la actividad, el empleo, el turismo, y las regalías.
En ese contexto de derrumbe, la Chubut del massista Mariano Arcioni puntea la lista de las más complicadas. Ahí continúa el paro docente y el pago de salarios diferidos.
Días atrás, una trabajadora de salud se descompensó al noveno día de huelga de hambre. En Chubut, el coronavirus potencia el fantasma del default.
Por su parte, en Neuquén, el ministro de Energía, Alejandro Monteiro, empezó ayer con un aislamiento obligatorio. ¿Motivos? La semana pasada, el funcionario había viajado a Houston, Estados Unidos, en busca de inversiones para Vaca Muerta. En Río Negro, la gobernadora Arabela Carreras encabezó ayer la reunión del Comité de Crisis provincial y declaró la emergencia sanitaria provincial por un año.