A más de tres semanas de la puesta en marcha de la cuarentena en el país, recién este sábado a la mañana partieron de Bariloche 150 turistas atrapados rumbo a Buenos Aires, Rosario y Córdoba. ¿Los últimos que quedaban? No. Desde el comienzo del aislamiento obligatorio para evitar la propagación de los casos de coronavirus, 8.106 turistas fueron evacuados de esta ciudad cordillerana en aviones, ómnibus e incluso en una caravana de autos particulares hacia distintos puntos del país. Pero todavía quedan otros.
«No dejo de sorprenderme de la cantidad de gente que sacamos y que sigue apareciendo en la ciudad. Esta es la cuarta flota que se va», resumió Claudio Thieck, delegado de la CNRT en Bariloche, al tiempo que coordinaba el operativo retorno en la terminal de ómnibus, junto a personal de la Gendarmería Nacional.
Cientos de valijas estaban dispersas por todo el playón de la terminal desde muy temprano en la mañana. La cita era a las 10 pero a las 8, con una temperatura de dos grados, muchísimas personas con barbijos -algunos comprados, muchos improvisados con pañuelos y bufandas- comenzaron a deambular de manera nerviosa por el lugar, a la espera de alguna señal.
Muchas parejas esperaban con niños y cargaban bebés. Solo los adultos mayores podían aguardar la llegada de los tres ómnibus en el interior de la estación.
«Pueden repatriar gente del exterior pero no pueden poner un vuelo para que la gente de acá regrese a su casa. Estamos todos juntos y amontonados. Litros de alcohol en gel nos llevamos», se quejaba Liliana Rocha, una enfermera que esperaba para volver a Rosario, al tiempo que señalaba una bolsa repleta de productos de higiene y botellas de agua. Su planteo replicaba el de muchos otros.
Héctor Amor llegó con un grupo de amigos a Bariloche a mediados de marzo. Los sorprendió la cuarentena y la cancelación de los vuelos. «En el hotel en el que nos alojamos nos pedían que buscáramos otro lugar. Amagaron con cortarnos el gas. Pedimos regresar en un auto y no nos dejaron. Era más barato e ideal porque no hay tanta concentración de gente como en estos micros», comparó.
El hombre, oriundo de la ciudad de Buenos Aires, cuestionó además que el viaje de regreso en ómnibus les costó 6 mil pesos (en el servicio cama). «En nuestro caso somos 10 personas, con nenes. Sumado a que son 22 horas hasta Retiro sin parar. Ya nos advirtieron que no nos darán ni comida ni bebidas», objetó Amor.
El secretario de Turismo de Bariloche, Gastón Burlón, reconoció que es imposible saber cuántos turistas permanecen aún en la ciudad. «Se siguen anotando en la plataforma digital. Todos los días se suma gente», justificó el funcionario la ausencia de un dato clave. En esta región del país, la odisea de aquellos que quieren volver a casa no se terminó para un número de personas imposible de determinar.