Estos templos de presencia imponente, de diferentes estilos y épocas, sintetizan el cruce de culturas en la historia de América.
La colonización de españoles y portugueses dejó en América profundas huellas, y no solo en el idioma, sino también en la cultura y la religión. Reflejo de esa influencia es la construcción de miles de templos, de las que sobresalen un importante número de catedrales.
Algunas heredan la tradición de la arquitectura colonial o la estética barroca pero con una impronta americana, otras se hicieron a imitación de estilos como el gótico, y el siglo XX vio nacer a modernos edificios que son un ejemplo de la arquitectura.
Catedral de San Patricio, Nueva York
Entre rascacielos de acero y vidrio y frente a un tránsito infernal sobre la Quinta Avenida llama la atención cómo sobrevive, como un remanso gótico, la Catedral de San Patricio.
Su presencia evidencia la influencia de la inmigración irlandesa en Nueva York, y el edificio es el mayor templo de EEUU.
Meca central de los festejos del Día de San Patricio, cuando la ciudad se tiñe de verde, su estilo neogótico está coronado con las dos torres que miden 100 metros de altura, aunque quedan pequeñas comparada con las torres que la flanquean.
En su interior entran 3.000 personas, y los vitrales fueron diseñados por artistas de Boston así como de diversos puntos de Europa. Se recomienda visitarla cuando haya misas para escuchar la belleza de su órgano.
Catedral Metropolitana de México
Uno de los iconos de México, es su catedral, la más antigua y grande de Latinoamérica.
Su inmenso edificio, de 128 metros de largo por 59 de ancho y 67 de alto, mezcla los estilos barroco, neo-clásico y neo-renacentista, producto de los 240 años que llevó su construcción.
En sus cinco naves se despliegan 16 capillas dedicadas a diferentes santos, ricas en ornamentaciones, retablos, pinturas y esculturas que presentan toda clase de estilos.
El altar mayor, realizado en un barroco americano denominado ‘churrigueresco’, impacta por la profusión de elementos; así como su coro recubierto por una compleja decoración dorada.
Catedral de Brasilia
Es una de las obras cumbres de Oscar Niemeyer, el arquitecto que diseñó a Brasilia con un urbanismo que sigue siendo un ejemplo.
Aunque se declaró como ferviente marxista, era un hombre abierto al mundo y las ideas, y no tenía problema en diseñar templos como la Catedral Metropolitana Nossa Senhora Aparecida.
Su estructura está compuesta por 16 columnas de hormigón en un formato hiperboloide, unidas entre vitrales de colores que asemejan olas, y que se elevan al cielo como brazos.
En la rampa de acceso del templo hay cuatro estatuas, que son las representaciones de los cuatro evangelistas, y a un lado, hay un curioso campanario que parece levitar.
Rodeada de un espejo de agua, es maravilloso ver cómo el sol se filtra por los vitrales de formas abstractas blancas, azules y verdes, y con un grupo de tres ángeles de bronce suspendidos en el aire gracias a unos cables de acero.
Catedral de Cusco
Notable ejemplo de sincretismo, sintetiza los estilos renacentista en la fachada con interiores barrocos, tardo-gótico y plateresco.
Fue construida en 1559 sobre el palacio del Inca Viracocha, en un monumental conjunto de casi 4.000 metros cuadrados, en el que se suman la iglesia del Templo y la de la Sagrada Familia.
Edificada con piedra andesita, que le confiere un color rojizo, en su interior guarda incontables ejemplos de arte colonial, como valiosas muestras de platería y los altares de madera tallada con gran precisión.
Catedral de La Plata
Construida en 1884 en ladrillo, hubo que esperar 110 años para que pueda verse terminada, con la inclusión de sus dos torres que llegan hasta los 112 metros de altura.
Es el mayor templo neo-gótico del siglo XX, que absorbe influencias de catedrales europeas, como el rosetón inspirado en el de Chartres y un interior que recuerda a la de Colonia.
Su piso, pulido a espejo, refleja una decoración austera solo rota por la luz que entra por los numerosos vitrales.
En su restauración de 1994 se incluyeron curiosos detalles como un ángel presentado como un gaucho, y otras figuras religiosas con estética indígena.
Está considerada como una de las diez catedrales más importantes del mundo, y su nombre figura en un selecto listado en el piso de la Basílica de San Pedro.